El reverdecimiento de las ciudades y la recuperación del suelo vegetal trazan un camino hacia la resiliencia urbana en el País, señala el autor

En México, las ciudades y sus habitantes se ven afectadas por la variabilidad climática de distintas maneras. En ciudades aledañas a las costas y a ríos, el alza del nivel del mar e intensificación de los eventos meteorológicos ponen en riesgo tanto la habitabilidad de ciudades como la seguridad de la producción agrícola (Bhatt et al., 2014). A su vez, los efectos del cambio climático intensifican presiones sociales y condiciones de desigualdad, teniendo un mayor impacto en comunidades más desfavorecidas (Corfee-Morlot et al., 2009). Por esta razón, muchas de estas ciudades han comenzado a valorar sus parques, espacios públicos, arbolado urbano y áreas forestales, ya que han entendido el impacto que esta infraestructura puede tener frente a las crisis climáticas. La correcta implementación de redes de infraestructura verde y la conectividad de los grandes bosques y sistemas naturales que albergan las ciudades, puede ayudar a generar beneficios para los habitantes de las ciudades mexicanas.

La iniciativa Cities4Forests busca catalizar el apoyo político, social y económico entre los gobiernos de las ciudades y los ciudadanos urbanos para integrar los bosques internos (parques urbanos y arbolado urbano), los bosques cercanos (bosques que rodean las ciudades) y los bosques lejanos (bosques tropicales y boreales) en la planeación de las ciudades. Esto abre la oportunidad de coordinar la implementación de redes de infraestructura verde y procurar la salud de ecosistemas interrelacionados con ciudades.

A nivel global, más de 60 ciudades se han sumado a Cities4Forests, de las cuales seis se ubican en México. El Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) México trabaja de la mano con la Ciudad de México, el Área Metropolitana de Guadalajara, Mérida, León, Culiacán y Aguascalientes para proteger y mejorar el manejo de los parques y árboles urbanos, los bosques periurbanos y las selvas en los trópicos.

Suelo urbanizado vs suelo vegetal

Diversas ciudades en México presentan una rápida tasa de crecimiento, generando grandes presiones sobre el suelo rural y la estructura vegetal que provee servicios a los habitantes de estas ciudades. En términos generales, la población en zonas urbanas de México se ha duplicado en los últimos 30 años, mientras que la extensión de las manchas urbanas ha crecido en promedio 10 veces (SEDESOL, 2012). Como consecuencia, la demanda de vivienda, trabajo y servicios ha exacerbado el consumo de suelo rural y el deterioro de los bosques y selvas aledaños a nuestras ciudades. Al mismo tiempo, el crecimiento desordenado de nuestras ciudades ha exacerbado los impactos negativos en los territorios y los sistemas naturales.

Es así que, a distintas escalas, el crecimiento de las ciudades ha comprometido la sostenibilidad del País, reduciendo la calidad de vida, la salud de la población y la habitabilidad en las ciudades (CDHDF, 2018). Por un lado, la creciente presión sobre el suelo al interior de las ciudades compite con la existencia de áreas verdes urbanas, resultando casi siempre en una menor cobertura vegetal y falta de espacios públicos de calidad accesibles a todos.

En escalas mayores, mientras estas ciudades crecen sin control y sin planificación integral, el suelo vegetal remanente de las cuencas, y los extensos ecosistemas forestales que albergan, disminuyen su cobertura y capacidad de brindar beneficios a las ciudades (Gómez-Baggethun, 2013). Teniendo un impacto a una escala aún mayor, la demanda de alimentos, materiales para construcción, productos forestales y otras materias primas provenientes de los bosques y selvas han contribuido a la deforestación masiva, teniendo un enorme impacto a nivel global (Global Forest Watch, 2019).

Las oportunidades de la infraestructura verde en México

La conservación, uso sostenible y restauración de las áreas forestales en las cuencas en las que se asientan nuestras ciudades, es fundamental para crear mejores condiciones de habitabilidad para futuras generaciones, creando ciudades más equitativas y sostenibles, mientras mejora la salud de los sistemas naturales que sostienen la vida de los seres humanos.

Consolidar redes de espacios verdes dentro de las ciudades, limitar el crecimiento urbano mediante la protección de las áreas forestales colindantes y asegurar el consumo sostenible de productos provenientes de los bosques y selvas, son prácticas cada vez más comunes en grandes zonas urbanas de México que pueden ayudar a revertir el deterioro de los sistemas naturales y fortalecer la capacidad de las ciudades para ser resilientes y socialmente sostenibles.

La infraestructura verde puede proveer de beneficios a distintas escalas. Dentro de las ciudades, las redes de espacios verdes pueden mejorar las condiciones ambientales del entorno urbano, como ayudar a tolerar los eventos de precipitación extrema, y contribuir con beneficios sociales como mejoras en las condiciones del espacio público. En zonas periurbanas y rurales, la procuración de áreas forestales y extensas áreas naturales pueden ayudar a controlar el crecimiento del suelo urbano y fortalecer la economía de productores rurales (Salazar, 2000).

Reducir escorrentías

La creciente urbanización ha dado lugar a la gradual impermeabilización del suelo en zonas urbanas (SUDS Bogotá, 2011). Esto ha provocado que la precipitación que cae en estas superficies acumule grandes volúmenes de agua, de manera que los sistemas de drenaje en varias ciudades se ven rebasados en su capacidad, provocando inundaciones y fallas en la infraestructura hidráulica.

La planeación estratégica de redes de espacios verdes, es decir, de suelo vegetal, árboles, y otras estructuras naturales, contribuye directamente a la atenuación de inundaciones por el aumento de la permeabilidad del suelo y reutilización de los recursos hídricos, permitiendo fortalecer el ciclo hidrológico de la cuenca en que se encuentran.

Recarga de acuíferos

En la periferia de muchas ciudades, los bosques en cuenca alta se ven en riesgo por el crecimiento urbano (Viota et al., 2010). Estas áreas forestales y ecosistemas son fundamentales para la recarga de agua hacia los acuíferos, dado a que en estas zonas se encuentran los suelos de mejor calidad para infiltrar el agua que aún no ha entrado en contacto con la ciudad. Las condiciones de vida de los habitantes de estas ciudades dependen, en muchas ocasiones, de la salud de los bosques periféricos dada su capacidad de recarga de agua hacia el subsuelo (Foster et al., 2001).

La presión sobre los recursos hídricos en muchas ciudades mexicanas se ve directamente afectada por la sana disposición del suelo de las cuencas en las que se asientan. La conservación de la vegetación y el arbolado es una práctica indispensable para mantener la calidad de los suelos de estas zonas.

Calidad de aire

La presencia de parques y corredores verdes ayuda a mejorar la calidad de aire en ciudades en distintas formas. Aunque no pueden compensar toda la contaminación atmosférica provocada por fuentes inducidas por el hombre, ni reemplazar medidas proactivas para reducir emisiones, la vegetación y arbolado urbano tienen la capacidad de absorber CO2 y SO2, y reducir la temperatura a escala micro climática (Potz, 2016). Estas ventajas contribuyen a una mejor calidad del aire en las ciudades, teniendo un impacto directo en la salud pública y la salud de los sistemas naturales.

Espacio público

El fortalecimiento de la infraestructura de espacios públicos y áreas verdes en las ciudades tiene beneficios sociales que pueden mejorar significativamente la habitabilidad de los asentamientos humanos, mejoran la calidad de vida de las personas y fortalecen el tejido social. La infraestructura verde tiene la oportunidad de consolidar más y mejores espacios públicos, mejorando la accesibilidad y seguridad del entorno urbano, brindando oportunidades de recreación y contribuyendo a mejorar la salud física y mental de las personas (van Dorst, 2012).

Cities4Forests en México

La iniciativa Cities4Forests en México impulsa los esfuerzos para reducir la deforestación y restaurar las áreas forestales dentro y fuera de las ciudades, como parte del apoyo a organismos públicos para fortalecer sus capacidades técnicas y administrativas para hacer más sostenibles las ciudades. A través de esta iniciativa, WRI México acerca asesoría técnica, herramientas para medir servicios ecosistémicos y compilaciones de mejores prácticas a distintos organismos públicos de las ciudades antes mencionadas, con el fin de fortalecer capacidades que influyan la toma de decisiones para la implementación de proyectos que procuren el bienestar de los bosques y ecosistemas en los que se asientan.

Lo invitamos a consultar la página de la iniciativa Cities4Forests, donde podrá encontrar mayor información sobre los esfuerzos que la red de ciudades en México y a nivel global hacen para mejorar la sostenibilidad y habitabilidad de ciudades y bosques.

El Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) es una organización técnica global que convierte las grandes ideas en acciones: Establecemos vínculos entre la conservación del medio ambiente, las oportunidades económicas y el bienestar humano.

Referencias

  • Bhatt, D., Maskey, S., Babel, M. S., Uhlenbrook, S., & Prasad, K. C. (2014). Climate trends and impacts on crop production in the Koshi River basin of Nepal. Regional Environmental Change, 14(4), 1291-1301. https://doi.org/10.1007/s10113-013-0576-6
  • Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. (2018). Crecimiento urbano y derechos humanos en la Ciudad de México: Informe especial. México
  • Foster, S. S. D., Lawrence, A., & Morris, B. (2001). Las aguas subterráneas en el desarrollo urbano. Washington, D.C: Banco Mundial.
  • Gómez-Baggethun, E., & Barton, D. N. (February 01, 2013). Classifying and valuing ecosystem services for urban planning. Ecological Economics, 86, 235-245.
  • Islam S. N. , Winkel J. (2017) Climate Change and Social Inequality (ST/ESA/2017/DWP/152) Estados Unidos de America: Naciones Unidas
  • Instituto Nacional de Estadística y Geografía (1993-2011) Cartografía de Uso de Suelo y Vegetación. México: Gobierno de México.
  • Pötz, H. (2016). Groenblauwe netwerken: Handleiding voor veerkrachtige steden = Green-blue grids: manual for resilient cities. Delft, Paises Bajos: atelierGROENBLAUW
  • Salazar, C. E. (2000). La relación población-recursos en la periferia urbana. Una experiencia teórico-metodológica. México: COLMEX
  • Secretaría de Desarrollo Social (2012). La expansión de las ciudades 1980-2010. México: Gobierno de México.
  • Secretaría Distrital de Ambiente (2011). Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible. Bogotá: Gobierno de Colombia.
  • Van Dorst, M. (2012). Liveability. En: van Bueren E., van Bohemen H., Itard L., Visscher H. (eds) Sustainable Urban Environments. Springer, Dordrecht.
  • Viota, F. N., & Maraña, M. (2010). Servicios de los ecosistemas y bienestar humano: La contribución de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio. Bilbao: Unesco Etxea.
  • World Resources Institute. Global Forest Watch.

Sitio: https://www.globalforestwatch.org/dashboards/global?map