Las autoridades urbanas deben trabajar junto con las autoridades rurales, ya que los problemas de agua y aire no respetan fronteras, señalan

Desde la semana pasada, alrededor de 100 incendios se han desatado en el centro y sur de México, causando condiciones atmosféricas peligrosas para los habitantes de las zonas cercanas. La mayoría de los incendios se desataron a lo largo del sureste, aunque el humo de los incendios ha provocado condiciones de aire peligrosas en muchas partes del País. La Ciudad de México, hogar de aproximadamente 21 millones de personas, declaró emergencia ambiental ayer martes y pidió a los ciudadanos que suspendieran sus actividades al aire para evitar el contacto directo con el aire lleno de partículas contaminantes.

El humo de los incendios contiene partículas finas (PM 2.5), un contaminante fácilmente inhalable relacionado con problemas cardíacos y pulmonares, así como con el asma. Cualquier nivel de exposición a partículas finas aumenta los riesgos para la salud, pero la exposición a más de 55 microgramos por metro cúbico (μg/m3, un microgramo es una millonésima parte de un gramo) durante períodos de 24 horas es peligrosa, según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.

Ayer martes desde muy temprano, los datos de calidad del aire de OpenAQ del Resource Watch mostraron un nivel de partículas finas, PM 2.5, de 103.9 μg/m3 en Nezahualcóyotl, localidad del Estado de México situada al este de la Ciudad de México (para explorar datos más detallados sobre la calidad del aire en la Ciudad de México, puede visitar el sitio web de la ciudad).

Calidad del aire en Neza.

“Este evento meteorológico extraordinario tomó por sorpresa a las autoridades ambientales y los programas de emergencia ambiental, ya que no existe un protocolo de contingencia ambiental específico para partículas finas (PM 2.5), lo que actualmente es uno de los principales vacíos en la gobernabilidad. Las autoridades urbanas deben trabajar junto con las autoridades rurales, ya que los problemas de agua y aire no respetan fronteras; esto resalta la importancia de la coordinación interestatal y la necesidad de contar con instituciones objetivas e independientes, ya que muchos problemas urbanos dependen de asuntos forestales y rurales, y viceversa”, señala Jorge Macías, director de desarrollo urbano y accesibilidad en WRI México.

El siguiente mapa de la NASA muestra los datos de ubicación de incendios, que son actualizados dos veces al día, y también los datos de las columnas de humo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica los Estados Unidos, que son actualizados diariamente.

Mapa

“Para enfrentar esta crisis ambiental, lo que podríamos hacer es crear un mecanismo de atención regional específico para el monitoreo forestal, incluidas las alertas de incendios, y para analizar las causas de estos incendios, que están vinculadas, principalmente, a la actividad humana, desde las prácticas agrícolas hasta los cambios en el uso del suelo, y los incendios accidentales provocados por quienes visitan áreas naturales. Esta información nos ayuda a ver los fuertes vínculos entre las áreas rurales (forestales y agrícolas) y las ciudades, y esperamos que esta situación ayude a promover políticas y actividades territoriales más allá de los límites creados por el hombre”, agrega Javier Warman, director del programa Bosques de WRI México.

Vista en tiempo casi real de los incendios recientes, las columnas de humo y el PM 2.5, de acuerdo con Resource Watch.

Este texto fue publicado originalmente en Resource Watch.