WRI México participó en las mesas de diálogo convocadas por la Secretaría de Movilidad, y contribuyó con puntos clave para la estrategia

Los roles de género determinan los patrones de movilidad urbana de los habitantes y los servicios que necesitan, por eso las ciudades requieren de políticas públicas con perspectivas transversales que consideren las necesidades diferenciadas de hombres y mujeres, y las situaciones de inequidad y vulnerabilidad a las que se enfrentan al trasladarse diariamente.

De acuerdo con el diagnóstico que da pie al Plan Estratégico de Movilidad 2019, actualmente la Ciudad de México cuenta con un sistema de transporte desarticulado e ineficiente en el que abundan diversas formas de inequidad. Además, la manera en la que la gente transita, los medios de transporte, la percepción de seguridad y las barreras a las que las personas se enfrentan en el sistema de movilidad urbana, son diferentes entre mujeres y hombres, cada persona experimenta la ciudad de forma distinta, y el género es una variable de suma relevancia.

En este contexto, la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México organizó mesas de trabajo con profesionales y autoridades en materia de movilidad, perspectiva de género y violencias sexuales de diferentes secretarías, la sociedad civil, la academia y organismos internacionales, para desarrollar el Plan Estratégico de Género y Movilidad 2019, integrado al Plan Estratégico de Movilidad 2019, que tiene la misión de hacer que la perspectiva de género sea transversal a las políticas de movilidad de la Ciudad de México.

“La idea es que este año sirva como piloto para aplicar líneas de acción y diagnosticar otras más, generar una base de información, y realizar acciones preliminares con medidas muy básicas para, a mediano plazo en los años posteriores, iniciar la alineación de medidas más estructurales”, afirmó Nadjeli Babinet Rojas, coordinadora del Plan Estratégico de Género de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México.

En el Plan Estratégico de Género y Movilidad 2019, se identifican tres ejes sobre los cuales se trabajará, que inciden específicamente en las mujeres, y sus posibilidades de moverse con libertad, seguridad y dignidad:

Esquema

“El principio de perspectiva de género es una línea de acción explicita en el Plan de Movilidad, que contará con un grupo de colaboradores como WRI y otros expertos que retroalimentarán el plan, pues para nosotros es muy importante que este tema sea prioritario”, añadió Babinet.

Necesidades específicas con base en los patrones de viaje

Uno de los principales motivos por el que las mujeres se trasladan, es para realizar viajes de cuidado, es decir para satisfacer necesidades ajenas, como acompañar a niñas o niños, personas con discapacidad o adultos mayores; la interdependencia de los viajes de cuidado hace que aumente el número de traslados y las múltiples paradas por viaje, lo que demanda determinadas condiciones al sistema integrado de transporte para que sea adecuado para ellas.

La Encuesta de Origen y Destino 2017 señala que, de lunes a viernes, 19.2 por ciento de los viajes que las mujeres realizan son de cuidado, y que el 20 por ciento de los viajes de las mujeres en sábado está relacionado con el mismo motivo.

Además de los viajes de cuidado, están los viajes con motivos laborales, lo que se traduce en una doble jornada para muchas usuarias y en alta inversión de tiempo en el transporte, lo que perjudica su calidad de vida. De acuerdo con la Estrategia de demanda y género para la movilidad sostenible en la Ciudad de México (2018) realizada por Steer, las mujeres realizan el 34.2 por ciento de sus viajes en transporte público no masivo, como el trolebús y el microbús, y el 32.4 los realiza a pie.

A diferencia de los hombres, las mujeres realizan un menor número de viajes en bicicleta, tanto por la falta de infraestructura vial para bicicletas, como porque hay barreras específicas que limitan a las mujeres en el uso de las bicicletas. De acuerdo con las cifras de las Biciescuelas implementadas por el gobierno de la Ciudad de México, el 65 por ciento de quienes han acudido a cursos para aprender, está conformado por mujeres adultas que nunca aprendieron a montar una bici, lo que podría estar relacionado con estereotipos asociados a roles de género que desestiman el desarrollo de ciertas habilidades desde la infancia.

Al considerar las necesidades de las mujeres que realizan viajes de cuidado mediante determinadas acciones y políticas públicas, se garantizan la libertad, la autonomía, y el ejercicio de los derechos de niñas, niños, adultos mayores y personas con discapacidad.

Violencias sexuales hacia las mujeres

Los patrones de movilidad de las mujeres, las deficiencias en infraestructura y la falta de políticas y condiciones de seguridad, también las hacen vulnerables a las violencias sexuales a las que son sujetas diariamente. Mediante la Encuesta sobre la violencia sexual en el transporte y otros espacios públicos en la Ciudad de México, realizada por ONUMujeres y Estudios y Estrategias para el Desarrollo y la Equidad (EPADEQ), se encontró que de las 3 mil 214 mujeres entrevistadas, el 88.5 por ciento había sufrido algún tipo de violencia sexual en la calle o en el sistema integrado de transporte, una o más veces en un periodo de 12 meses.

De acuerdo con la misma encuesta, 16.1 por ciento de las violencias sexuales sucede en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, el 15.5 por ciento en la calle, el 11.4 por ciento en los microbuses y el 8.1 por ciento en los paraderos. El 89.2 por ciento de los agresores estuvo compuesto por hombres desconocidos, el 4.7 por ciento por operadores de algún transporte, y el 3.3 por ciento por policías. Sin embargo, el 84.2 por ciento de las usuarias que han sufrido violencias sexuales, no denunció por desconfiar de las autoridades, y por carecer de información sobre cómo y dónde denunciar.

Para enfrentar la violencia de género, las mujeres llevan a cabo medidas específicas diferentes de las de los hombres, como ir acompañadas en el transporte, no salir de madrugada o de noche, caminar en la calle acompañadas, cambiar constantemente las rutas de traslado o usar vagones exclusivos para mujeres.

El problema de las violencias sexuales es una de las principales limitaciones para que las mujeres puedan moverse de forma autónoma, cómoda y segura a nivel global, lo cual limita sus oportunidades sociales, económicas y culturales.

La inequidad en el sector transporte

En la parte administrativa y en el diseño e implementación de políticas públicas, la participación de las mujeres es escasa. El 37 por ciento de la plantilla del Sistema de Transporte Colectivo Metro está conformado por mujeres; en Metrobús el 32 por ciento está conformado por mujeres, y en la Red de Transportes Pasajeros RTP, el 19 por ciento está conformado por mujeres.

A nivel operativo los índices de inequidad son aún mayores, puesto que durante 2018 sólo el 0.8 por ciento de las licencias para operar transporte público, de carga y especializado, fue otorgado a mujeres. Es necesario formar una cultura institucional que fomente la igualdad sustantiva y la no violencia hacia las mujeres que trabajan en el sector movilidad.

Hacia la perspectiva de género en la movilidad urbana

Se busca que los planes, proyectos y programas del Plan Estratégico de Género y Movilidad fortalezcan la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, y estén orientados a que las mujeres realicen sus viajes con accesibilidad, comodidad, seguridad y con menores tiempos de traslado.

“Varias organizaciones con perspectiva de género nos apoyaron en la adecuación de las acciones afirmativas para mejorar las condiciones institucionales y los protocolos internos para que la violencia sea atendida adecuadamente. Este año queremos ver cambios, por ejemplo que los policías u operadores cuenten con un protocolo para saber actuar, tanto para prevenir como para cuando presencien alguna incidencia”, señaló Babinet.

Colabora WRI México en mesas de diálogo

El equipo de Planeación y Operación del Transporte de Movilidad Urbana del World Resources Institute (WRI) México, participó en las mesas de diálogo convocadas por la Secretaría de Movilidad, analizando el programa Viajemos Seguras, que el gobierno de la Ciudad de México publicó en 2013. También contribuyó con puntos clave para la estrategia, como la implementación de políticas públicas y la identificación de los tipos de violencias que perciben las usuarias del Sistema Integrado de Transporte.

“La Estrategia es un planteamiento con un diagnóstico sobre las principales problemáticas que identificó la Secretaría de Movilidad en cuanto a temas de género y transporte público. Nuestro propósito fue que el enfoque de género fuera transversal en toda la agenda de movilidad de la Ciudad de México”, señaló Anette Ramírez, gerente de políticas públicas en movilidad de WRI México.

Para conocer en su totalidad el Plan Estratégico de Género y Movilidad 2019 de la Ciudad de México, clica el siguiente enlace.