El Acuerdo de París adoptado en 2015 fue elogiado como un punto de inflexión en la lucha mundial contra el cambio climático. Pero ¿los países están respondiendo adecuada y eficazmente?

Limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1.5 grados centígrados requerirá de cambios sin precedentes a nivel global.

Así lo alerta el nuevo informe presentado el 8 de octubre por el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Si no logramos este objetivo, de acuerdo con el IPCC, se prevé un incremento de las temperaturas extremas, un aumento en el número de episodios con intensas precipitaciones y una mayor probabilidad de que se registren sequías y escasez de lluvias en diversas regiones del mundo. Además, el nivel del mar continuará aumentando, lo que propiciará la pérdida de ecosistemas de áreas costeras, deltas y pequeñas islas . El impacto del cambio climático provocará a su vez la extinción de especies y efectos en la biodiversidad y los ecosistemas de prácticamente todo el planeta.

Las emisiones de gases contaminantes de origen humano causantes de este fenómeno, ya han provocado la elevación de la temperatura media del planeta en cerca de 1 grado centígrado, con respecto a la era preindustrial, es decir mediados del siglo XIX. Ello ha provocado una transformación de la vida en el planeta, recordó el presidente del IPCC, Hoesung Lee, durante la presentación del informe. “Mantener el calentamiento global en un nivel inferior a 1.5 grados en vez de 2, que es la meta establecida en el Acuerdo de París, será muy difícil, pero no imposible”, añadió Lee.

Los objetivos establecidos no son suficientes

En relación con los objetivos acordados en París para reducir las emisiones globales, el IPCC indica que estos no son suficientes. Para lograr contener el calentamiento, las emisiones netas globales de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero deben disminuir en aproximadamente un 45 por ciento para 2030, respecto a los niveles de 2010, y bajar hasta cero para mediados del siglo XXI. “Para ello se requerirá compensar cualquier emisión remanente, incluso removiendo dióxido de carbono de la atmósfera”, recoge el texto.

Para lograr esta reducción en las emisiones y permanecer dentro del límite de calentamiento global establecido, además, se precisa de una contribución significativa de la energía renovable, que deberá suministrar entre el 70 y el 85 por ciento de la electricidad hacia 2050. Actualmente las energías renovables satisfacen sólo cerca del 25 por ciento de la demanda global de electricidad.

Es vital eliminar el carbono del aire

En un editorial publicado en el portal de CNN el pasado 8 de octubre, Andrew Steer, Presidente y CEO del World Resources Institute (WRI), resaltó que durante décadas la lucha contra el cambio climático se ha centrado exclusivamente en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. “Está claro que estas medidas por sí solas, aunque se implementen rápidamente, ya no serán suficientes para prevenir un cambio climático peligroso para la humanidad y los ecosistemas. Debemos además sacar, con urgencia, el carbono de la atmósfera”, escribió.

El informe de IPCC señala, agrega Steer, que todas las vías para limitar el calentamiento a 1.5 grados centígrados dependen de la eliminación de carbono, y no sólo de la reducción de emisiones.

“Puede sonar como ciencia ficción, pero no lo es. Lejos de ser opcional o una distracción, la eliminación de carbono, combinada con la reducción de emisiones, es fundamental para limitar el calentamiento y garantizar un futuro más seguro”.

Algunos, señala Andrew Steer, creen que la tecnología de eliminación de carbono es un sueño imposible, que es demasiado costosa y que nunca alcanzará los niveles necesarios para ayudar a controlar el cambio climático.

“Sin embargo, la innovación tecnológica siempre parece imposible hasta que sucede. Consideremos por ejemplo la historia de la energía solar. Cuando se desarrolló a mediados del siglo XX, la primera celda solar de un vatio costaba 300 dólares. Hoy en día, esa misma celda cuesta sólo 37 centavos de dólar”.

¿Cómo ocurrió eso?, se pregunta Steer. “La inversión pública y privada en investigación y desarrollo, y los incentivos financieros, desataron la innovación y aceleraron la adopción de la energía solar en todo el mundo. De igual manera, el esfuerzo concertado y sostenido para impulsar la eliminación de carbono tiene el potencial de lograr lo mismo. Invertir ahora en la remoción de carbono nos permitirá convertirla en una herramienta cada vez más poderosa en nuestro portafolio de soluciones climáticas”.

Contaminantes climáticos, fuentes e impactos.

Las oportunidades que tiene México

El Acuerdo de París adoptado en 2015 fue elogiado como un punto de inflexión en la lucha mundial contra el cambio climático. Pero la pregunta que nos hacemos hoy en día es si están respondiendo los países adecuada y eficazmente.

México, por ejemplo, es el decimotercer país emisor de gases de efecto invernadero, y por otra parte es altamente vulnerable a los impactos del cambio climático.

Es un actor muy importante en el contexto global, y ha asumido metas ambiciosas de reducción de emisiones. Para apoyar el logro de estos objetivos y el aumento en el nivel de ambición, para que esté alineado con las metas globales de reducción de emisiones, la alianza conformada en diciembre de 2017 por el World Resources Institute México (WRI México), el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y la Iniciativa Climática México (ICM) redactó el documento “10 propuestas por una Agenda Climática con Visión de Estado 2018-2024”, que busca contribuir al diseño de una política de estado en materia de cambio climático y energía, que trascienda administraciones.

Ahí, a través de diez propuestas de política pública en cambio climático y energía, se plantean acciones concretas para generar mayor bienestar a todos los mexicanos. Las propuestas, que ante el Informe del IPCC resultan más vigentes y urgentes que antes, son las siguientes:

  1. Reafirmar el compromiso de México con el Acuerdo de París

  2. Elaborar planes sectoriales de descarbonización

  3. Establecer metas más ambiciosas de energías renovables para el año 2024

  4. Democratizar la energía a través de la generación solar distribuida

  5. Revisar el precio del carbono y fortalecer el sistema de comercio de emisiones para que tenga mayor coherencia, transparencia y ambición

  6. Reenfocar los subsidios de los combustibles fósiles y la electricidad

  7. Evitar la construcción excesiva de infraestructura de refinación y gas natural

  8. Reducir las emisiones de metano en el sector petróleo y gas

  9. Garantizar que los automóviles sean limpios, eficientes y seguros; y promover el transporte público y la electromovilidad

  10. Implementar programas de eficiencia energética en las edificaciones

10 propuestas por una agenda climática

Estas acciones caen en diferentes esferas y sectores, no sólo en el gobierno federal. Las ciudades, por ejemplo, deberán diseñar instrumentos de planeación para integrar políticas y estrategias de mitigación y adaptación ante el cambio climático, y no quedarse ahí, sino avanzar rápidamente a la implementación

“A nivel nacional, es indispensable que la siguiente administración reconozca la relevancia climática y mantenga el liderazgo de México en las negociaciones internacionales; para eso será fundamental que impulse acciones concretas para cumplir y rebasar las metas comprometidas”, señaló Andrés Flores Montalvo, director de Cambio Climático y Energía de WRI México, durante la presentación de esta Agenda.

La administración federal entrante tiene en sus manos, con el apoyo, el acompañamiento, y las acciones responsables de la iniciativa privada, la academia y la sociedad civil, la oportunidad histórica de hacer de México un país más productivo, más eficiente, y sostenible. Tienen la oportunidad de enviar un mensaje claro y sólido a la comunidad internacional: que el desarrollo no está en contra de la sostenibilidad, sino que el desarrollo es sostenibilidad.

Responsabilidad de todos

Los resultados de la Cumbre Global de Acción Climática, que en septiembre pasado reunió en San Francisco a más de 4 mil representantes de muy variadas regiones, ciudades y empresas, así como a inversionistas y ciudadanos, dejan claro que, aunque está a punto de finalizar, 2018 no es un año para descansar, sino para declarar con acciones que ciudadanos, empresarios, inversionistas, científicos y políticos de todos los niveles, comparten una única visión del futuro.

El cambio climático no es exclusivamente un problema ambiental, sino un reto al desarrollo, ya que involucra prácticamente a todos los sectores de la economía y pone en riesgo el bienestar humano.

Hay en todo caso muchos avances. Por ejemplo la nueva iniciativa que nace de las Naciones Unidas por el Cambio Climático, que mediante la campaña #Climattitud, busca concientizar sobre el impacto climático y promover cualquier tipo de acción ciudadana que reduzca los niveles de emisiones. El aspecto principal de la campaña #Climattitud es que involucra a los niños, a través de un test sencillo y divertido, adaptado principalmente para ellos. Mediante esta plataforma, a través de 10 simples preguntas los usuarios pueden descubrir su huella climática, y qué pueden hacer para reducirla.

Recalcamos que la acción climática es responsabilidad de todos. En WRI México trabajamos constantemente para establecer vínculos entre la conservación del medio ambiente, las oportunidades económicas y el bienestar humano. Estamos en total apertura para apoyar con análisis y propuestas concretas a todos los actores de la sociedad.