Al crear sinergias entre desarrollo y acción climática pueden obtenerse resultados tanto sociales, como económicos y ambientales, señalan

México ha jugado un papel muy importante a nivel internacional en materia de cambio climático: fue el primer país en desarrollo en presentar su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) para el Acuerdo Climático de París, con metas ambiciosas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y carbono negro. Además, fue el primer país en presentar no sólo metas de reducción de emisiones, sino también de adaptación a los impactos del cambio climático, sentando un precedente de acción climática.

Como parte firmante del Acuerdo de París, México debe trabajar bajo un principio progresivo y aumentar la ambición de sus objetivos climáticos, los cuales deben incluir elementos como transparencia, derechos humanos, equidad de género y atención a comunidades vulnerables.

Esto representa una gran oportunidad para que el nuevo gobierno federal encuentre sinergias con los compromisos de su agenda de desarrollo, cuyos ejes principales son la procuración de bienestar, la inclusión, y el desarrollo económico y sostenible. Al crear sinergias entre desarrollo y acción climática pueden obtenerse resultados importantes, tanto en el sector social como en el económico y ambiental.

La nueva política ambiental reconoce estas sinergias, pues garantiza que se lograrán los compromisos nacionales e internacionales en materia de cambio climático, con una perspectiva transversal que contempla derechos humanos y participación ciudadana. Ésta también incluye propuestas y proyectos transversales que consideran beneficios ambientales, sociales y económicos; no obstante, si estos no son ejecutados con transparencia, un enfoque integral y previa consulta a los principales actores involucrados, podrían obstaculizar el logro de los objetivos nacionales en materia climática y ambiental. Entre estas iniciativas se encuentran los siguientes proyectos.

La construcción del Tren Maya

Este proyecto planea recorrer mil 500 kilómetros a través de una de las zonas más importantes y con mayor valor ambiental del sureste mexicano. Su principal objetivo es fomentar el turismo sustentable; sin embargo, los estudios de evaluación de impacto ambiental y social, así como la ruta exacta del tren, no han sido publicados, y los borradores preliminares indican que cruzaría a través de áreas naturales protegidas y reservas de la biosfera.

Sin una adecuada planeación y monitoreo, este proyecto podría desencadenar la deforestación de importantes áreas en la selva y la afectación de los ecosistemas y la biodiversidad de la zona, dificultando el logro de la meta nacional de adaptación basada en ecosistemas, que plantea incrementar la conectividad mediante la conservación y la restauración. Además, el cambio de uso suelo contribuye sustancialmente a las emisiones nacionales de GEI, por lo que las metas de mitigación de emisiones se verían también comprometidas.

Es necesario tener un proceso de planeación y monitoreo participativo, que considere elementos técnicos, sociales y ambientales, para que el Tren Maya cumpla con su propósito de promover un turismo sustentable que fomente el desarrollo económico y el bienestar social, sin comprometer el entorno ambiental y la biodiversidad del sureste de México.

Plan Nacional de Producción de Hidrocarburos

Esta iniciativa tiene como objetivo lograr la autosuficiencia energética a través de la inversión en la exploración, perforación, refinación y transformación de hidrocarburos, incluyendo el reacondicionamiento y la construcción de refinerías, así como la apertura de una central carboeléctrica.

Si bien el acceso a la energía eléctrica es vital para impulsar el desarrollo del País y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, este plan podría contraponerse a los objetivos de penetración de energía limpia del 35 por ciento del total generado para 2024, y del 43 por ciento para 2030.

Por otro lado, en el Plan de Trabajo Proyecto 18 “Economía, Sector Energético y Desarrollo”, incluido en el Proyecto de Nación 2018-2024 de la actual administración, se establece el objetivo de aumentar en los próximos cinco años la generación eléctrica a través de energías renovables; esto, junto con el gran potencial de México para generar energías limpias como la solar y la eólica, puede detonar el cumplimiento de los compromisos anteriormente mencionados.

La inversión en energías limpias y en medidas de eficiencia energética es cada vez más redituable, especialmente frente a la apertura de mercados de carbono y la urgencia de reducir emisiones. Por lo tanto, la transición energética podría resultar en beneficios económicos y sociales; asegurando la autosuficiencia energética desapegada del consumo de combustibles fósiles, y reduciendo las emisiones de GEI.

Programa Sembrando Vida

Este programa tiene el objetivo de plantar un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en las regiones sur-sureste del País. Si bien la propuesta establece que sólo se seleccionarán tierras degradadas, acahuales y potreros, deben implementarse mecanismos de monitoreo rigurosos para garantizar que no se sustituya la vegetación nativa por las nuevas plantaciones.

Si se implementa en conjunto con los habitantes del lugar, expertos y técnicos, este programa podría contribuir a la economía local, a la seguridad alimentaria nacional y al logro de metas como alcanzar una tasa cero de deforestación para 2030, que está planteada en la Ley General de Cambio Climático, al mismo tiempo que se generarían sumideros de carbono y se restaurarían tierras degradadas.

Beneficios de un enfoque de desarrollo integral

Es necesario que los presentes y futuros proyectos cuenten con un planteamiento transversal que incorpore elementos de transparencia, participación ciudadana y construcción de capacidades, y que incorporen a la sociedad civil, al sector privado y a la academia en la planeación y la implementación. Igualmente, es importante que los proyectos estén acompañados de políticas sectoriales, ya que abordar problemas de justicia social y pobreza también implica abordar estrategias de mitigación y adaptación en materia de salud, justicia ambiental, inversiones y atención a poblaciones vulnerables.

En WRI México trabajamos para apoyar a la nueva administración en el fortalecimiento de su planeación climática a través de propuestas de mejora para la implementación de la NDC, principalmente a través de modelaciones y propuestas de política que identifican opciones costo-efectivas para cumplir con las metas nacionales, y pueden ayudar a elevar la ambición conforme a lo que establece el Acuerdo de París.

Pronto daremos a conocer un nuevo Reporte que compila los resultados del trabajo que hemos realizado al respecto, en donde se plantea un paquete de políticas y se describen los cobeneficios de invertir en acciones de mitigación de emisiones, incluyendo ahorros en inversiones y el mejoramiento de la salud pública, entre otros; nuestro objetivo es que el documento que pronto presentaremos sea de utilidad para tomadores de decisiones del actual Gobierno de México y de otros actores relevantes.