La restauración de manglares no solo tiene el potencial de proteger a las comunidades de eventos climáticos extremos, sino que también puede revitalizar los ecosistemas, generar empleo sostenible y fortalecer la cohesión social.

Las comunidades costeras enfrentan retos particulares debido a su vulnerabilidad ante el cambio climático y a su contexto social, económico, político y ambiental. Las estrategias de restauración, conservación y manejo comunitario de manglares pueden contribuir a su adaptación al cambio climático, así como brindarles múltiples beneficios. En una serie de talleres y entrevistas realizadas en comunidades miembro de la iniciativa RE3CO (Restauración y Conservación de Humedales Costeros y Desarrollo Comunitario) en Isla Arena, Campeche; Sisal, Yucatán; El Palmar, Tabasco y La Ventanilla, Oaxaca, se recopiló y analizó información acerca de las vivencias de las comunidades que forman o han formado parte de iniciativas de restauración y conservación de humedales costeros. Las entrevistas aportaron perspectivas sobre los impactos locales que la restauración de manglares ofrece para las comunidades. Se encontraron beneficios sociales, ambientales y económicos percibidos en diferentes temporalidades: a corto, mediano y largo plazo.

Beneficios-de-la-restauración

Principales beneficios de la restauración y manejo comunitario de manglares 

Beneficios ambientales

A partir de este ejercicio, se identificó que el 63% de las personas entrevistadas considera que el manglar restaurado les ha protegido contra huracanes, inundaciones y vientos fuertes. Esto implica la reducción de impactos en construcciones aledañas a la costa, como hogares, restaurantes e infraestructura turística, salvaguardando los ingresos económicos y activos locales de las poblaciones, disminuyendo el impacto económico y social de los fenómenos hidrometeorológicos. Asimismo, la restauración y limpieza de canales de agua les ha permitido recuperar áreas enteras de manglar que estaban secas, además de especies de interés pesquero, aves y reptiles.

"Empezamos a ver que las aves ponen su nido o los caracoles empiezan a poner sus huevecillos en las raíces. Entramos la semana pasada y vimos cómo la mojarra entró a desovar y no fue una sino miles, y eso nos emociona. Vemos los resultados".
Erika, del Ejido El Palmar, Tabasco.

También se reportó una mejora en la calidad del agua y en la regulación de la temperatura local. A largo plazo, las personas entrevistadas observan como beneficio la captura de carbono y la recuperación de los servicios ecosistémicos del manglar.

Beneficios económicos

La restauración no solo revitaliza los entornos naturales, sino también las economías locales. En circunstancias de inestabilidad económica, donde el turismo y la pesca son actividades que tienen una temporalidad limitada y han sufrido bajas, el empleo por jornales vinculado a la restauración provee una derrama económica relevante multianual y consistente. Asimismo, cuando los proyectos de restauración se implementan con perspectiva de género y las mujeres participan en labores de restauración o asociadas (como la recolección de propágulos -- un tipo de germen, parte o estructura de un organismo, capaz de desarrollarse de manera separada para dar lugar a un nuevo organismo idéntico al que lo formó--, el mantenimiento de viveros, o la ampliación de canales), estas reciben un ingreso remunerado que contribuye a la economía familiar de las comunidades.

Las personas entrevistadas coincidieron en que los jornales por los trabajos de restauración son un ingreso económico importante en su economía, representando entre el 10% y el 50% de sus ingresos. En ciertos casos, algunos hogares dependen enteramente de los jornales por temporadas, siendo en ocasiones las mujeres las que aportan el 100% de los ingresos. Este escenario no es ideal en términos de diversificación económica, pues se busca que no haya una dependencia total a trabajos temporales. Diversas iniciativas, incluyendo RE3CO, plantean la generación de actividades productivas asociadas a la conservación del manglar, asegurando que haya opciones económicas para las comunidades locales una vez que las labores de restauración hayan terminado.

La cantidad de empleos directos creados por los proyectos de restauración es muy variable, pues depende del número de hectáreas de manglar a restaurar, el estado inicial de los manglares y el plan de restauración, entre otros factores. Además, los proyectos pueden durar desde uno hasta diez años. En los lugares donde los proyectos han logrado un mayor avance, también se realizan actividades de cuidado y vigilancia de los manglares, así como ecoturismo, creando fuentes de empleo alternativas a la pesca, y que se mantienen una vez que los proyectos de restauración concluyen.

Beneficios sociales

De acuerdo con la información recopilada, el 71% de las personas entrevistadas afirmó que los proyectos de restauración están teniendo un impacto positivo en cómo las comunidades se organizan y sobre quiénes forman parte de estos proyectos, vinculándose a los beneficios por los jornales, los servicios que los manglares proporcionan y las posibilidades que se vislumbran a futuro. Un ejemplo concreto es el de los ejidatarios del ejido El Palmar, que destacan que en los últimos nueve años su organización ha mejorado debido a los talleres, proyectos y acompañamientos que han ayudado a la preparación de los ejidatarios y ejidatarias. Además, consideran que esos beneficios no se limitan a un grupo de personas, sino que se extienden a toda la comunidad. Perciben que hay más unión entre los habitantes y que existe un compromiso sólido de la comunidad con los proyectos de restauración.

Sin embargo, estos beneficios no son percibidos por igual entre las diferentes comunidades. Cerca del 30% de las personas entrevistadas en Sisal opinan que los proyectos no han logrado involucrar a todas las personas de la comunidad o que el interés de participar de algunas es únicamente por el ingreso que representa.

De manera general, las personas consideran que los beneficios de la restauración se dividen en directos y en indirectos. Los primeros se tratan de los pagos de jornales a las personas que trabajan en la restauración, y los segundos se refieren a los beneficios que se obtienen de un ecosistema sano, como el aumento de la pesca, el turismo y el uso no maderable. En el caso de La Ventanilla, Oaxaca, se mencionó que la asignación de la gestión de proyectos puede llegar a causar fricción entre cooperativas, por lo que se busca que esta sea equitativa. Algunos participantes mencionaron que la llegada de grandes cantidades de dinero puede generar problemas en la comunidad, causando desacuerdos entre los receptores y los que no participan. Es por eso que la cocreación de los proyectos y la participación activa de diferentes grupos a lo largo de las iniciativas de restauración son vitales para el éxito a largo plazo de los proyectos y para no afectar el tejido social.

Perspectiva de género

Las personas de las diferentes comunidades mencionaron los cambios positivos que, derivados de su participación en estos proyectos, han experimentado las mujeres. Para las mujeres del ejido El Palmar, los hombres eran quienes se beneficiaban económicamente de los proyectos de restauración. Sin embargo, las mujeres empezaron a unirse participando en los talleres desde 2019 y participando en labores físicas desde 2021.

Las comunidades coinciden en que, tradicionalmente, las mujeres tenían un rol específico en la comunidad, una "rutina marcada durante años", comenta Faustino de la comunidad de La Ventanilla, Oaxaca. La restauración era concebida como un trabajo masculino debido a su naturaleza físicamente demandante. Sin embargo, las mujeres han logrado integrarse a los trabajos de restauración, contribuyendo al cuidado de su entorno y obteniendo ingresos para sus familias. Esto ha permeado en otros aspectos de sus vidas y reconocen que existe una mayor equidad de género. Como menciona una de las entrevistadas:

"Teníamos un pequeño problemita, que era el machismo. Hoy me puedo ganar un jornal como un hombre. Si no podemos machetear podemos recoger un propágulo y sembrar. Para nosotras, pues, es lo mejor que nos puede pasar".
-Sebastiana, del ejido El Palmar, Tabasco.

Otro punto abordado por las mujeres de las comunidades es que han aprendido sobre los manglares gracias a las capacitaciones y al trabajo en campo. Han aprendido a seleccionar los propágulos, identificar cuáles son aptos y cómo se siembran. Se sienten orgullosas del conocimiento adquirido y de cómo contribuyen a la mejora de su entorno. Además, en lugares como La Ventanilla ha habido un mayor interés de las mujeres en el trabajo de restauración.

En el caso del ejido El Palmar, las personas entrevistadas consideraron que la participación de hombres y mujeres ha ayudado al ejido a caminar como un equipo con igualdad de oportunidades. Asimismo, en Isla Arena, Campeche, las mujeres de la cooperativa Carey han visto la posibilidad de integrar a más mujeres a las actividades de ecoturismo y a la capacitación de avistamiento de aves.

En el caso de los hombres, se benefician al tener trabajo, ingreso económico y la posibilidad de pescar. La experiencia que tiene uno de los integrantes de La Ventanilla es que la restauración es un trabajo y una forma de estar en contacto con la naturaleza:

"Todos los días puedes sentarte en la laguna, ver a los cocodrilos y relajarte".
-Faustino, de la comunidad La Ventanilla, Oaxaca.

Las mujeres de las comunidades mencionan que los beneficios para los hombres son principalmente económicos; aunado a esto, aumentan los rendimientos en actividades asociadas, como el ecoturismo y la pesca (una actividad que continúa siendo predominantemente masculina).

Por último, las niñeces también se benefician participando en talleres o al acompañar a sus padres en sus labores y capacitaciones de restauración. Las personas entrevistadas coinciden en que desarrollan una conciencia ambiental, y en que la vocación de conservación y gestión sostenible se aprende. Resaltaron lo importante que es que las niñeces y juventudes se involucren en estos temas, ya que se trata del futuro de sus territorios y hogares.

Rutas para potenciar los beneficios

Para potenciar los beneficios sociales, ambientales y económicos de la restauración y el manejo comunitario de manglares, las personas que compartieron sus experiencias sugirieron un mayor financiamiento, monitoreo, seguimiento y capacitación continua. Además, hablaron sobre la importancia de fortalecer los procesos de participación y organización comunitaria, mayor inclusión de jóvenes e infancias y colaboración con comunidades vecinas y lejanas. Finalmente, reflexionaron sobre lo indispensable que es la regulación de servicios por parte de las autoridades locales.

La restauración y el manejo comunitario de manglares no solo se erige como una respuesta esencial ante los desafíos del cambio climático, sino también como un catalizador de beneficios significativos para las comunidades costeras. La restauración de manglares no solo tiene el potencial de proteger a las comunidades de eventos climáticos extremos, sino que también puede revitalizar los ecosistemas, generar empleo sostenible y fortalecer la cohesión social. Los beneficios ambientales, económicos y sociales evidenciados a través de estas entrevistas destacan la importancia de integrar estrategias de restauración con perspectiva de género y de fomentar la participación activa de toda la comunidad. Sin embargo, se subraya la necesidad de abordar desafíos como la equidad en la distribución de beneficios y la gestión adecuada de los recursos financieros.

Existe campo de mejora en la implementación de proyectos de restauración y manejo de manglares. Es indispensable la colaboración entre actores clave para que los múltiples beneficios de estas acciones se distribuyan de manera equitativa en las comunidades y que no acentúen desigualdades y problemáticas preexistentes. En este contexto, el llamado a una mayor financiación, monitoreo, capacitación continua, pero sobre todo, una cocreación y liderazgo comunitario se presenta como una ruta clara para potenciar los impactos positivos de la restauración y asegurar un futuro sostenible para las comunidades costeras y sus manglares.

WRI México trabaja con organizaciones comunitarias, gubernamentales, sector privado, academia y otros aliados para promover acciones de restauración y manejo comunitario de manglares en la región. A través de la iniciativa RE3CO, trabajamos con comunidades costeras para restaurar y conservar los manglares del país.