Ciudad de México, 27 de octubre de 2023.- En los primeros minutos del 25 de octubre, el huracán Otis, (categoría 5) tocó suelo en el icónico puerto de Acapulco, emblema turístico de México y el mundo, y también afectó seriamente a municipios aledaños, todos en el estado de Guerrero.

El gobierno federal mantuvo hasta este viernes, 27 de octubre, en 27 la cifra de muertos por el impacto del huracán. El 80% de los hoteles tuvieron afectaciones, según la información oficial estatal. El sistema de alerta antisísmico también resultó dañado, lo que impacta a esa ciudad y a otras como la capital del país. El huracán causó el colapso de 50 torres de alta tensión en la zona afectada, que sigue parcialmente incomunicada. Además, el huracán provocó daños en hospitales públicos y hubo que trasladar a más de 600 pacientes. La electricidad y las bombas de agua potable en la zona también fueron seriamente afectadas. Al miércoles por la noche, unas 300 mil personas permanecían sin electricidad.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó que se activó el bono catastrófico con el que se cuenta. Dicho bono, lanzado en 2020 en conjunto con el Banco Mundial (BM), tiene una cobertura de hasta 485 millones de dólares, y provee cobertura contra pérdidas derivadas de sismos de diferentes magnitudes y ciclones tropicales.

A continuación, presentamos una declaración de José Luis Samaniego, director ejecutivo del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) para México y Colombia:

“En el marco de los terribles desastres y la inédita crisis humanitaria desatada por el paso del huracán Otis, en el estado de Guerrero, desde WRI nos solidarizamos con las personas, familias y comunidades afectadas y, como muchas otras organizaciones y sectores de la sociedad, nos sumamos al llamado urgente de respuestas rápidas e informadas para enfrentar esta emergencia.

“La ubicación geográfica, la topografía y las condiciones socioeconómicas de México lo hacen altamente vulnerable a los impactos del cambio climático. Por ejemplo, se estima que el 68% de la población y el 71% del PIB están expuestos a los efectos negativos del cambio climático.

“Durante las dos décadas anteriores, México ocupó el noveno lugar entre los países que sufrieron las mayores pérdidas económicas debido a desastres. Entre 1970 y 2019, ha habido 202 desastres relacionados con eventos hidrometeorológicos, que provocaron más de 6 mil 500 muertes y 51 mil 200 millones de dólares en pérdidas y, entre 2000 y 2018, el 83% de todos los municipios han tenido una declaración de desastre por inundaciones, lluvias extremas, ciclones y sequías. Se prevé que el cambio climático aumente la frecuencia y gravedad de tales eventos.

“Las consecuencias del cambio climático afectan a todas las personas, pero no por igual. Sus efectos son más fuertes para las pequeñas comunidades que, en ocasiones, no cuentan con los recursos necesarios para llevar a cabo acciones de adaptación ni acceden a programas de financiamiento que les permitan mejorar sus condiciones de vida. 

“Es crucial y urgente que México integre sus objetivos climáticos y ambientales en su agenda de desarrollo social. Las prioridades políticas y las inversiones deben reconocer el cambio climático como un factor clave que puede empeorar la desigualdad social y afectar la capacidad del país para crecer en el futuro.

“Los análisis ya presentados por muy diversas organizaciones nacionales e internacionales, como WRI, subrayan la urgente necesidad de construir estrategias y políticas encaminadas a la adaptación, mitigación y transformación de nuestras realidades climáticas y sociales.

“Como ya ha señalado Preety Bhandari, asesor principal del Programa Climático Global y del Centro Financiero del Instituto de Recursos Mundiales: ‘Todas las negociaciones de la COP28 podrían descarrilarse si las prioridades de los países en desarrollo en materia de financiación de pérdidas y daños no se abordan adecuadamente. El Fondo para Pérdidas y Daños solo será significativo si se adapta a las necesidades de las comunidades que sufren la peor parte de los impactos climáticos al brindar apoyo financiero que sea nuevo, adicional, predecible, accesible, adecuado y rápido. El cambio climático amenaza a todos los países en desarrollo, por lo que todos deberían ser elegibles para este fondo, mientras que los países menos desarrollados y los pequeños estados insulares merecen una consideración especial para recibir apoyo’.

“Como director ejecutivo de WRI México y Colombia, me sumo al llamado de hacer el esfuerzo colectivo a través de los fondos de cooperación, para ofrecer la hora de ruta y los procedimientos necesarios, pero sobre todo para facilitar el acceso directo de las organizaciones a los recursos para mitigación y adaptación.

“Como WRI, reiteramos nuestra disposición para poner al servicio de toda la sociedad, el conocimiento que desarrollamos como organización técnica que, en su nueva estrategia, pone a las personas en el centro de su trabajo, a la par de la naturaleza y el cambio climático”.