En el año 2005 los autobuses de diésel generaban el 70% de las partículas contaminantes pese a sólo representar el 4% del parque vehicular20. Ese mismo año, WRI México coordinó un proyecto piloto para reducir la contaminación del aire en la Ciudad de México con resultados positivos: Retrofit demostró la factibilidad de reducir hasta el 90% de las emisiones de partículas contaminantes provenientes de los escapes de autobuses de pasajeros que utilizan diésel, mediante la instalación de trampas de partículas y convertidores catalíticos.
A raíz de este proyecto, se propuso la introducción del diésel de ultra bajo azufre en los sistemas BRT de la Ciudad de México y de Guadalajara. Sin embargo, el reto sigue siendo mayúsculo: los sistemas de transporte deben aún migrar a tecnologías que emitan menos contaminantes.