Sinopsis

Durante 2019, la contaminación del aire en México causó casi 48 mil muertes (IHME 2019) y se estima que cada año causa alrededor de siete millones de decesos prematuros (OMS 2021). Si bien las autoridades gubernamentales son las principales responsables de vigilar y regular las fuentes que emiten contaminantes, involucrar a la sociedad en procesos de investigación científica representa una ventaja tanto para crear entornos más justos y saludables, como para cerrar la brecha que existe entre la política, la ciencia y la sociedad. Este documento presenta resultados de dos experimentos participativos en ciudades mexicanas León, Guanajuato, y Guadalajara, Jalisco, donde se llevaron a cabo campañas piloto de monitoreo de contaminantes del aire a nivel de calle que involucraron, a través de la ciencia participativa, a diferentes personas del sector académico, gubernamental y la sociedad civil. La ciencia participativa mostró que existe otra forma de involucrar activamente a la ciudadanía en la creación de conocimiento, al sensibilizar, crear conciencia y generar compromiso en el proceso, para que las personas puedan operar como agentes de cambio en su entorno y puedan tener un efecto sobre el aire que respiran. Además, ayuda a complementar datos y a que tanto a la sociedad civil como a las autoridades comprendan dinámicas de contaminación local.

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