El cambio climático es una de las mayores amenazas al desarrollo. Al mismo tiempo, cada vez hay más evidencia sobre los beneficios de la acción climática. El informe de la Nueva Economía Climática (NCE, por sus siglas en inglés) de 2018 estima que las ganancias netas globales podrían alcanzar los 26 billones de dólares para el 2030, en contraste con un escenario tendencial en el que se mantienen las actuales políticas (o business-as-usual, BAU, en inglés). Según la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima, más de 65 millones de puestos de trabajo verdes podrían crearse al final de esta década, lo que evitaría la muerte de 700 mil personas en todo el mundo.

Los efectos del cambio climático en la población, los sectores productivos y la infraestructura crítica, combinados con la creciente evidencia sobre los efectos de la emergencia climática en el crecimiento económico, la desigualdad social y la pobreza, se han convertido en los principales impulsores de la acción climática. A septiembre de 2023, un total de 93 países, que representan el 79.3 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), habían comunicado su objetivo de alcanzar cero emisiones netas.

En México, existe evidencia convincente de que la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono y resiliente al clima puede ayudar a alcanzar objetivos como alivio de la pobreza, creación de empleo, inclusión social, seguridad energética y crecimiento económico. Las áreas más prometedoras para la transición son la generación de energía renovable, la construcción y el sector agrícola.

La transición hacia un modelo de desarrollo más sostenible, resiliente y de bajas emisiones no sólo debe buscar un cambio tecnológico, sino también el cierre de brechas socio-estructurales. Es urgente que México integre objetivos climáticos y ambientales en su agenda de desarrollo social. Las prioridades políticas y las inversiones deben reconocer el cambio climático como un factor clave que puede incrementar la desigualdad social y poner en riesgo del desarrollo mismo del país.

A partir de la revisión de la literatura y entrevistas con expertos, este documento de trabajo busca responder al cuestionamiento sobre la compatibilidad de alcanzar objetivos de desarrollo social y económico a la vez que se avanza en una agenda alineada con los compromisos climáticos internacionales. También identifica los sectores y políticas que ofrecen las mayores oportunidades de abatimiento de emisiones y que arrojan grandes beneficios económicos y sociales.

Sin duda se necesitan análisis adicionales sobre los mecanismos y condiciones tanto para implementar tales políticas como para evaluar su impacto sobre el desarrollo multidimensional del país. Este trabajo es un punto de partida para un análisis más profundo que se realizará en una siguiente etapa.