Con cada fracción de grado de calentamiento global, los impactos del cambio climático se intensificarán. En la última entrega del Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), 278 científicos de 65 países concluyen que el mundo debería alcanzar su punto máximo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en los próximos tres años para preservar nuestras posibilidades de alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global en 1.5°C.

Tras dos informes centrados en la ciencia física del cambio climático y sus impactos, este informe del Grupo de Trabajo III se enfoca principalmente en la mitigación, es decir, la reducción de las emisiones de GEI y la eliminación de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. Mediante el análisis de más de 18 mil estudios publicados desde el Quinto Informe de Evaluación del IPCC en 2014, los científicos climáticos más prominentes del mundo identificaron las vías para limitar el calentamiento global a 1.5°C, entre otros umbrales de temperatura, y evaluaron la viabilidad, la eficacia y los beneficios de diferentes estrategias de mitigación.

Estos son los seis hallazgos clave del informe del IPCC sobre la mitigación del cambio climático:

1. Las emisiones globales de GEI han seguido en aumento y, para limitar el calentamiento a 1.5°C, deben alcanzar su punto máximo antes de 2025

A nivel mundial, las emisiones de GEI aumentaron durante la última década, y alcanzaron las 59 gigatoneladas de CO2 equivalente (GtCO2e) en 2019, aproximadamente un 12% más que en 2010 y un 54% más que en 1990. De acuerdo con escenarios modelados en los que se logra limitar el calentamiento global a 1.5°C (con un rebasamiento limitado o nulo), las emisiones de GEI alcanzan su punto máximo antes de 2025 y luego caen un 43%, respecto a los niveles de 2019, para 2030.

Si bien hay algunas señales de avance (la tasa anual de crecimiento de las emisiones de GEI disminuyó de un promedio del 2.1% entre 2000 y 2009 al 1.3% entre 2010 y 2019, y 24 países han sostenido sus reducciones de emisiones de GEI durante más de una década), los esfuerzos mundiales para mitigar el cambio climático siguen alejados del camino correcto.

Por ejemplo, inclusive si los países cumplen con sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) más recientes, la brecha entre las emisiones globales de GEI y el nivel asociado con limitar el calentamiento a 1.5°C sería de 19-26 GtCO2e en 2030. Esta es cifra es superior a las emisiones de los Estados Unidos y China en 2018. Si bien algunos países han anunciado NDC nuevas o mejoradas desde la fecha de corte del IPCC, estas promesas no son lo suficientemente ambiciosas como para cerrar la brecha.

2. Es inconcebible construir infraestructura nueva para combustibles fósiles

El IPCC muestra que, en los escenarios en los que se limita el calentamiento a 1.5°C (con un rebasamiento limitado o nulo), sólo se pueden emitir 510 Gt netas de CO2 antes de alcanzar las emisiones netas iguales a cero a mediados de siglo (2050-2055). Sin embargo, las emisiones futuras de CO2 de la infraestructura existente y la planificada de combustibles fósiles podrían llegar a 850 Gt, 340 Gt más que ese límite.

La combinación de varias estrategias puede ayudar a evitar estancar estas emisiones de CO2, tales como la clausura de la infraestructura para combustibles fósiles existente, la cancelación de nuevos proyectos, la modernización de las centrales eléctricas de combustibles fósiles con tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, y el cambio a combustibles con menos carbono. Aunque las centrales eléctricas de carbón comienzan a cerrar en los Estados Unidos y Europa, algunos bancos de desarrollo internacionales todavía tienen nuevas inversiones en carbón. Si no se cambia de rumbo, se perderán billones de dólares en activos varados.

3. Necesitamos transformaciones rápidas en todos los sistemas para evitar los peores impactos climáticos

Las emisiones de GEI han aumentado en todos los sistemas principales desde la última evaluación. El IPCC sostiene que revertir el rumbo requerirá que los tomadores de decisiones en el gobierno, la sociedad civil y el sector privado prioricen las siguientes acciones, muchas de las cuales son autofinanciables o cuestan menos de 20 dólares por tonelada de CO2e:

• Ampliar el uso de energías limpias. Toda la generación de electricidad debe ser baja en carbono para 2050, al tiempo que la generación total crece para permitir la electrificación de usos finales como el transporte, maquinaria industrial, la calefacción, ventilación y aire acondicionado, etc. Los caminos que pueden mantener el calentamiento a 1.5°C (con un rebasamiento limitado o nulo) dependen de redes predominantemente alimentadas por energías renovables y almacenamiento, complementadas con una combinación de energía nuclear, una pequeña cantidad de combustibles fósiles con captura y almacenamiento de carbono y/u otras formas de energía limpia. Los vectores energéticos alternativos, como el hidrógeno y el amoníaco, deben sustituir a los combustibles fósiles en sectores donde la electrificación será difícil, como la industria y el transporte pesado. La buena noticia es que los costos por unidad de las tecnologías bajas en carbono, como la fotovoltaica y la energía eólica terrestre, se redujeron hasta en un 85% durante la última década.

• Duplicar la innovación para descarbonizar la industria. Mejorar la eficiencia energética, reducir la demanda de materiales a través de soluciones de economía circular, implementar la captura y almacenamiento de carbono en sectores difíciles de reducir su generación, como el cemento, y cambiar a nuevos procesos industriales de baja y cero emisiones son necesarios para producir materiales como el acero, cemento, plástico, pulpa y papel y productos químicos. Sin embargo, el IPCC afirma que esto requerirá de 5 a 15 años de "innovación, comercialización y políticas intensivas", junto con inversiones inmediatas en tecnologías que ya existen, para reducir los costos y lograr la aceptación requerida.

• Incentivar la construcción de edificios verdes. Desde el 5º Informe de Evaluación del IPCC en 2014, se ha construido un número creciente de edificios con cero emisiones de carbono en casi todas las zonas climáticas. La calefacción eléctrica, los electrodomésticos e iluminación más eficientes y el uso circular de los materiales han sido claves. Sin embargo, el progreso debe acelerarse rápidamente para modernizar los edificios más antiguos y garantizar que estas tecnologías y enfoques mejorados se incorporen a una parte cada vez mayor de los nuevos proyectos de construcción. Las pautas de construcción ecológica para su creación y uso, así como los códigos de energía de la construcción, pueden impulsar aún más el progreso.

• Rediseñar las ciudades y transitar a un transporte con bajas o cero emisiones de carbono. Sin un cambio en la trayectoria, las emisiones de CO2 del sector del transporte aumentarán hasta un 50% para 2050. El mundo necesita un conjunto de acciones para evitar esta tendencia. El IPCC descubrió que las ciudades pueden reducir su consumo de combustible relacionado con el transporte en aproximadamente una cuarta parte mediante la combinación de un uso del suelo más compacto y la provisión de infraestructura libre de automóviles, como vías peatonales y ciclovías. Estos cambios hacia un diseño urbano bajo en carbono y altamente accesible también mejoran el bienestar de la población al reducir la congestión y la contaminación del aire. Al mismo tiempo, las opciones de electromovilidad como los vehículos eléctricos a batería (el segmento de más rápido crecimiento de la industria automotriz) y los ferrocarriles eléctricos cargados con energía limpia ya han reducido los GEI relacionados con el transporte y deben seguir acelerándose. Para los sistemas de transporte difíciles de descarbonizar, como el transporte marítimo y la aviación, los biocombustibles avanzados, el amoníaco y los combustibles sintéticos surgen como opciones viables, pero requieren más financiación y apoyo político.

• Conservar los ecosistemas y mejorar los sistemas alimentarios. El IPCC señala que proteger, restaurar y gestionar de forma sostenible los ecosistemas ricos en carbono (como los bosques y las turberas), además de reducir la intensidad de GEI de la producción de alimentos, frenar el desperdicio de alimentos y cambiar a dietas más sostenibles, puede mitigar entre 8 GtCO2e y 14 GtCO2e por año de ahora hasta 2050 a costos relativamente bajos (teniendo en cuenta que otra investigación fija potenciales de mitigación más limitados para varias prácticas agrícolas incluidas en esta estimación). Detener la conversión de ecosistemas puede desempeñar un papel descomunal, ya que la deforestación por sí sola representa el 45% de las emisiones del sector terrestre. Sin embargo, gran parte de este potencial general existe en los países en desarrollo, donde las instituciones débiles, los derechos territoriales inciertos y la financiación escasa obstaculizan la implementación.

Si están bien diseñadas y se implementan de manera efectiva, muchas de estas estrategias de mitigación pueden generar beneficios colaterales críticos para el desarrollo sostenible. La conservación de los paisajes naturales, por ejemplo, puede respaldar los medios de subsistencia de los hogares cercanos, reforzar la seguridad alimentaria y del agua y proteger la biodiversidad. Pero no todos los esfuerzos para reducir las emisiones o eliminar el carbono generarán beneficios tanto para la acción climática como para el desarrollo. Cuando se manejan de manera deficiente o se implementan de manera inapropiada, estas acciones pueden perturbar las economías locales, exacerbar las desigualdades existentes y desplazar a las comunidades, entre otras consecuencias no deseadas. El IPCC sostiene que la gestión de estas compensaciones a través de procesos de toma de decisiones inclusivos, transparentes y participativos puede cultivar la confianza social, así como profundizar el apoyo público para la acción climática transformadora. Hacerlo también puede ayudar a garantizar que las transiciones a un futuro de cero emisiones netas sean justas y equitativas.

4. Los cambios en el estilo de vida y comportamiento de las personas tienen un papel importante que desempeñar en la mitigación del cambio climático

En todo el mundo, los hogares con ingresos en el decil superior, que incluye una gran parte de los hogares en los países desarrollados, son responsables de entre el 36% y 45% de las emisiones totales de GEI, mientras que las familias en el 50% inferior representan solo entre el 13% y 15%. Lograr el acceso universal a la energía moderna para los más pobres del mundo, según el IPCC, no tendría un impacto significativo en las emisiones globales.

Pero cambiar los patrones de consumo, particularmente entre los más ricos del mundo, puede reducir las emisiones de GEI entre un 40% y un 70% para 2050 en comparación con las políticas climáticas actuales. Caminar o andar en bicicleta, evitar vuelos de larga distancia, cambiar a dietas basadas en vegetales, reducir el desperdicio de alimentos y usar la energía de manera más eficiente en los edificios se encuentran entre las opciones de mitigación más efectivas del lado de la demanda.

Las políticas que permitan que estos cambios de estilo de vida y comportamiento sean menos disruptivos pueden ayudar a la transición, tales como subsidiar las tecnologías de bajas emisiones, gravar tecnologías altas en emisiones -como los automóviles que funcionan con combustibles fósiles- y establecer estándares que exijan una mayor eficiencia energética. El diseño de infraestructura, como la reasignación de espacio en la calle para aceras o carriles para bicicletas, puede ayudar a las personas a hacer la transición a estilos de vida bajas en emisiones.

De manera similar, la forma en que se presentan las opciones sostenibles a los consumidores (también conocida como "la arquitectura de decisiones") puede ayudar a impulsar a las personas hacia bienes y servicios de bajas emisiones. Por ejemplo, incluir platos vegetarianos junto con platos principales con carne en los menús, en lugar de secciones vegetarianas separadas, puede ayudar a aumentar el consumo de comidas a base de vegetales.

La elección de opciones de movilidad con cero o bajas emisiones de carbono, como caminar, andar en bicicleta, usar el transporte público y los vehículos híbridos y eléctricos, reduce las emisiones, al tiempo que aumenta la demanda y reduce los costos de estas soluciones. Crédito de la imagen: Municipalidad de Santiago/Flickr

5. Limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C será imposible sin la eliminación de carbono

El IPCC descubrió que todas las vías que limitan el calentamiento a 1.5°C (con un rebasamiento limitado o nulo) dependen de la eliminación de carbono. Estos enfoques pueden incluir tanto soluciones naturales, como secuestrar y almacenar carbono en los árboles y el suelo, y tecnologías que extraen el CO2 directamente de la atmósfera.

La cantidad de eliminación de carbono necesaria depende de la rapidez con la que reduzcamos las emisiones de GEI en otros sistemas y de la medida en que se excedan los objetivos climáticos, con estimaciones que oscilan entre los 5 GtCO2 y 16 GtCO2 por año para mediados de siglo.

A corto plazo, la restauración de sumideros de carbono naturales como los bosques es un enfoque de eliminación de carbono relativamente rentable y fácilmente disponible que, cuando se implementa de forma adecuada, puede brindar una amplia gama de beneficios a las comunidades cercanas. Sin embargo, el carbono almacenado en estos ecosistemas también es vulnerable a disrupciones como los incendios forestales, los cuales se intensificarán en un clima cambiante y liberarán a la atmósfera nuevamente el carbono almacenado.

Dada la escala de eliminación de carbono requerida en algunas vías que conducen a un calentamiento global de 1.5°C, así como las preocupaciones sobre la impermanencia de los sumideros naturales, es probable que el mundo también necesite tecnologías de eliminación de carbono. Actualmente, estas innovaciones son relativamente incipientes y vienen con una variedad de desafíos y riesgos. El aumento de la producción de cultivos de biomasa para el despliegue de bioenergía con captura y almacenamiento de carbono, por ejemplo, puede desplazar las tierras de cultivo y, al hacerlo, amenazar la seguridad alimentaria y estimular deforestación adicional.

Desarrollar e implementar de manera responsable tecnologías de eliminación de carbono, junto con las soluciones naturales, requerirá una mejor comprensión de los beneficios, costos y riesgos únicos de cada innovación. La necesidad de una mayor financiación para la investigación, el desarrollo y el despliegue es urgente.

6. El financiamiento climático para la mitigación debe ser de 3 a 6 veces mayor para 2030 para limitar el calentamiento por debajo de 2°C

La financiación pública y privada anual para la mitigación y la adaptación al cambio climático aumentó hasta un 6% entre 2013 y 2020. Sin embargo, estas ganancias se han ralentizado en los últimos años y, para empeorar las cosas, el IPCC descubrió que la financiación para combustibles fósiles aún supera la financiación para la acción climática.

Esta desalineación del capital global ha resultado en un déficit sustancial entre los niveles actuales de financiación climática y los necesarios para mitigar el cambio climático, que persiste en todas las regiones y todos los sectores. Esta brecha es más amplia en los países en desarrollo, en particular aquellos que ya luchan contra la deuda, las malas calificaciones crediticias y las cargas económicas de la pandemia de COVID-19. La tendencia de los inversionistas a canalizar mayores proporciones de capital hacia sus propios países, así como la subestimación sistémica de los riesgos climáticos, plantean desafíos adicionales para aumentar la financiación privada en estas naciones.

Las inversiones recientes en mitigación, por ejemplo, deben aumentar al menos cinco veces en el sudeste asiático y los países en desarrollo del Pacífico, siete veces en África y 12 veces en el Medio Oriente para 2030 para mantener el calentamiento por debajo de 2°C. Y en todos los sectores, este déficit es más pronunciado para la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra, en los que los flujos financieros recientes son de 10 a 29 veces inferiores a lo necesario para lograr los objetivos del Acuerdo de París.

Las señales de política claras de la comunidad internacional y los gobiernos, como el aumento de los subsidios para la mitigación, la fijación de precios de las emisiones de carbono, la eliminación gradual de la financiación pública para los combustibles fósiles o la adopción de regulaciones estrictas que exijan transiciones bajas en carbono, pueden ayudar a crear la certeza que el sector privado necesita para aumentar las inversiones en mitigación. Los mecanismos de financiación innovadores que permiten a los gobiernos compartir los riesgos con las empresas privadas también pueden contribuir en gran medida a movilizar la financiación del sector privado. Por otro lado, expandir el financiamiento climático público, particularmente en países de bajos ingresos, puede generar ganancias significativas a costos relativamente bajos.

¿Y de aquí, a dónde vamos?

Como deja en claro este último informe del IPCC, todavía es posible mantener el aumento de la temperatura global en 1.5°C, pero sólo si actuamos de inmediato. El mundo necesita alcanzar el máximo de emisiones de GEI antes de 2025, reducir casi a la mitad las emisiones de GEI para 2030 y alcanzar emisiones netas de CO2 cero a mediados de siglo, al tiempo que garantiza una transición justa y equitativa. Con los crecientes riesgos de sequías, inundaciones, incendios forestales y otros efectos desastrosos del cambio climático, estos son plazos que simplemente no podemos permitirnos pasar por alto.

Publicado en base al resumen técnico del informe del IPCC y los capítulos subyacentes.