Este texto se publicó originalmente en inglés en: https://bit.ly/3yRq7xD

Hoy en día, en la Ciudad de México, la calidad del aire es un tema común en la vida de los capitalinos. Cada vez más personas con condiciones respiratorias consultan los reportes oficiales del sistema de monitoreo atmosférico (SIMAT) antes de realizar actividades al aire libre. Las autoridades de educación están pendientes de los niveles de contaminación e informan a miles de escuelas públicas y privadas de la megalópolis cuando estos son un riesgo para la salud de sus asistentes. La activación de eventos de emergencia ambiental, conocidos como Contingencia Ambiental (declarados por la Comisión Ambiental de la Megalópolis) modifican la rutina diaria de los más de 20 millones de habitantes de la ciudad y su área metropolitana.

Fuente: https://twitter.com/Aire_CDMX/status/1402405172257513480

Anticipar la situación de la calidad del aire se ha convertido en una necesidad. El deterioro de la calidad del aire es una consecuencia indeseable de la actividad humana: el crecimiento del área conurbada y el uso masivo de combustibles fósiles para el transporte y para la generación de energía emiten miles de toneladas diarias de contaminantes al aire. El dinamismo de la atmósfera permite disipar los contaminantes, disminuyendo el riesgo para la salud de la población, aunque no podemos decir lo mismo para la salud del planeta.

Sin embargo, hay épocas del año en que las capas de la atmósfera contiguas a la superficie se estabilizan, lo cual disminuye el movimiento de aire horizontal o verticalmente, y provoca que los contaminantes se estanquen sobre la ciudad, atrapados entre las paredes que forman las montañas que la rodean. La radiación solar transforma rápidamente los contaminantes recién emitidos en sustancias más tóxicas y dañinas para la salud humana. Por lo anterior, conocer de antemano cómo se comportará la atmósfera, la cantidad y tipo de contaminantes emitidos y sus reacciones en la atmósfera puede ayudar a reducir la gravedad de un evento de contaminación y, en especial, mitigar los riesgos para la salud al facilitar la toma de decisiones de todos los actores involucrados

Desde 2013, las autoridades ambientales de la Ciudad de México establecieron las bases para la implementación de un sistema de pronóstico de calidad del aire. El proceso abarcó desde la adquisición de la infraestructura informática, pasando por la mejora de los inventarios de emisiones, hasta la creación de un equipo de trabajo. En 2015 se incorporó al proyecto el Centro de Supercómputo de Barcelona, y su conocimiento y experiencia potenciaron este esfuerzo e impulsaron el proyecto para que en 2017 la Secretaría del Medio Ambiente presentara el Sistema de Pronóstico de Calidad del aire de la Ciudad de México, el cual está basado en el modelo meteorológico WRF (Weather Research and Forecasting) y el modelo de calidad del aire CMAQ (Community Multiscale Air Quality Modeling System). Desde entonces, el modelo se emplea en el pronóstico meteorológico y de la calidad del aire, y facilita el cálculo del índice de riesgo para personas vulnerables, así como el diseño y evaluación de las políticas públicas de calidad del aire.

Como cualquier modelo de pronóstico, no es infalible, pero se encuentra en un proceso de evaluación y mejora continua. El escrutinio y la crítica objetiva y constructiva, tanto de la academia, como del público en general, han contribuido a identificar problemas, debilidades y áreas de oportunidad. Es innegable su uso como una herramienta que fortalece las capacidades de gestión, la mejora en la toma de decisiones y, en el mediano plazo, que coadyuva a una mejoría en la calidad del aire.

Expansión del impacto

Figura 1. Mejora de la calidad del aire de 1995 a 2018. Fuente: http://www.aire.cdmx.gob.mx/descargas/publicaciones/informe-anual-calidad-del-aire-2018.pdf

La Ciudad de México y su área metropolitana, que cuenta con más de 22 millones de habitantes, es una de las megalópolis más grandes del mundo. Desde la década de 1990 se emprendieron esfuerzos que han llevado a reducciones de concentración en todos los contaminantes (ver Figura 1). A pesar de ello, el ozono y las partículas menores a 2.5 micrómetros (PM2.5) mantienen niveles de riesgo para la población en general, principalmente para los grupos más vulnerables.

Desde el punto de vista de la gestión de la calidad del aire, la Ciudad de México es un laboratorio activo en donde se crean y prueban diferentes estrategias de gestión que, cuando resultan exitosas, suelen ser adoptadas por otros gobiernos locales o regionales.

Pronóstico de CDMX, delimitado a su zona de jurisdicción

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IMAGEN 1. Pronóstico por contaminante (SO2, en este caso), generado por la Secretaría de Medio ambiente de la Ciudad de México y visualizado en aire.gdf.com.mx

Pronóstico en Resource Watch, con límites estatales

IMAGEN 2. Pronóstico por contaminante (SO2, en este caso), generado con los datos de SEDEMA y visualizado en Resource Watch para un área mayor a la de la Ciudad de México.

La calidad del pronóstico generado actualmente por la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA), permite que sea posible pensar en nuevas formas de ampliar su impacto. Muestra de ello es la colaboración con WRI, a través de la cual ahora es posible visualizar los datos de SEDEMA* en Resource Watch, que permite observar el comportamiento de contaminantes como monóxido de carbono (CO), dióxido de nitrógeno (NO2), ozono (O3), dióxido de sulfuro (SO2) y partículas suspendidas (PM2.5). Las visualizaciones adquieren especial valor al poder emplearse por parte de las autoridades y habitantes de ciudades aledañas a la capital, permitiéndoles tomar acciones para proteger la salud y evitar la exacerbación de eventos de muy mala calidad del aire.

Debido a la disponibilidad de los datos de SEDEMA, sumada a la capacidad de visualización de Resource Watch, ahora es posible acceder a esos mismos datos y visualizarlos para un área más amplia, alcanzando a ciudades como Toluca, Pachuca, Tepoztlán y Cuernavaca. Esto permite visualizar el impacto de los contaminantes emitidos dentro de una ciudad, así como de aquellas fuentes de emisiones fuera de su jurisdicción.

https://bit.ly/3yV5PU4

https://bit.ly/3trWQsk

Visualizar el impacto de fuentes contaminantes dentro y fuera de la jurisdicción de las ciudades ayuda a las autoridades, a los emisores y a los ciudadanos a tener una visión más completa de los elementos que afectan la calidad del aire de su ciudad. Por ejemplo, la visualización del pronóstico publicada por Resource Watch muestra el impacto de fuentes de emisión de contaminantes que se encuentran fuera de la zona, como la actividad industrial al norte de la ciudad o el impacto del ozono producido en la ZMVM en las áreas agrícolas de la región centro del país. Además, la visualización también permite a habitantes y autoridades de ciudades aledañas usar el pronóstico para tomar sus propias medidas para proteger la salud y evitar la exacerbación de eventos de mala calidad del aire, a pesar de que aún no cuenten con modelos de pronóstico propios.

https://bit.ly/3yPDrmf

https://bit.ly/3zQW9eu

Así, la Ciudad de México, en colaboración con WRI y Resource Watch, facilitan la visualización de contaminantes en un área más amplia que la que reporta la página de la Ciudad de México, y amplía el impacto del modelo para una mayor población a un costo mínimo.

El Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México, por sus siglas en inglés) busca transformar las ciudades de todo el mundo a través de la traducción del conocimiento científico en políticas, leyes y proyectos para mejorar la salud humana y la calidad de vida de sus habitantes. Aunado a su trabajo de investigación, WRI busca colaborar con gobiernos en la identificación y ampliación de enfoques exitosos de algunas ciudades a otras regiones. El equipo de Calidad del Aire de WRI trabaja para acceder a datos que puedan ser visualizados abiertamente en Resource Watch como herramienta para comprender y atender el reto de lograr un aire limpio.

*Aunque la visualización se logra a partir de los datos provistos por la SEDEMA de la Ciudad de México, el desempeño del modelo no está validado por dicha dependencia para áreas externas a la Zona Metropolitana del Valle de México.

Nos gustaría agradecer especialmente a Amelia Snyder y Eduardo Castillero, quienes trabajaron en el procesamiento, mantenimiento y visualización de los datos de la Ciudad de México, lo que resultó en los mapas que ahora están disponibles en Resource Watch.

Mónica Jaimes es Subdirectora de Análisis y Modelación de la Secretaría de Medio Ambiente de la CDMX

Armando Retama es especialista en calidad del aire y colabora como consultor de WRI México

Olivia Rivera es Directora de Monitoreo de la Calidad del Aire de la Secretaría de Medio Ambiente de la CDMX