Las estadísticas sobre los desafíos mundiales entorno al agua son abrumadoras: 3 mil millones de personas no cuentan con instalaciones básicas para lavarse las manos; una cuarta parte de la población mundial vive en países que enfrentan un estrés hídrico extremadamente alto, y hay más de 500 zonas muertas -es decir, áreas del océano sin suficiente oxígeno para que sobreviva la mayoría de las especies marinas- debido a las aguas residuales no tratadas.

Sin embargo, las soluciones a la crisis mundial del agua cuestan mucho menos de lo que se piensa. Una investigación de WRI encontró que lograr la seguridad hídrica para 2030 costaría poco más del 1% del PIB mundial, alrededor de 29 centavos por persona, por día, entre 2015 y 2030.

Los beneficios económicos que esto logaría superarían a los costos por mucho. Cada dólar invertido en acceso al agua y saneamiento genera un rendimiento promedio de 6.80 dólares. El Banco Mundial indica que, de no implementarse mejores políticas de gestión del agua, se podrían producir pérdidas del PIB regional de entre el 2% y el 10% para 2050.

Una gestión sostenible del agua puede lograr la seguridad hídrica para todos

La investigación analizó lo que se necesitaría para lograr una combinación de seis estrategias que, en conjunto, puedan brindar seguridad hídrica. Hemos denominado a este resultado final deseado una “gestión sostenible del agua”. Nuestra definición de gestión sostenible del agua coincide en general con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número seis de la ONU (ODS 6), la cual llama a un "acceso al agua y saneamiento para todos" para 2030. Calculamos las inversiones necesarias para abordar cada una de las seis estrategias en un determinado país.

Descubrimos que 75 países pueden lograr una gestión sostenible del agua con un 2% o menos de su PIB anual; que 70 países pueden llegar allí con entre un 2 y 8% de su PIB, y que 17 países requerirán más del 8% de su PIB para solucionar sus problemas de agua.

Cada país enfrenta diferentes tipos de desafíos relacionados con el agua y deberá priorizar diferentes tareas para lograr una gestión sostenible del agua, como el tratamiento de aguas residuales, el suministro de agua potable limpia, la adopción de políticas de gestión del agua más sólidas y la inversión en infraestructura vital. El costo compartido relativo de cada una de estas tácticas varía considerablemente según el país.

En 75 países, incluidos Estados Unidos y Sudáfrica, lograr una gestión sostenible del agua costaría menos del 2% del PIB

Para 75 países, que representan la mitad de la población mundial, lograr una gestión sostenible del agua está al alcance de la mano, ya que requeriría de menos del 2% de su PIB.

En los Estados Unidos, por ejemplo, el costo estimado para brindar una gestión sostenible del agua es sólo del 0.78% del PIB. La brecha de inversión más grandes sería resolver la escasez de agua, que representa el 67% de los costos del país para alcanzar la meta de garantizar agua para todos. (Nota: esto no incluye el costo de reemplazar la infraestructura existente, como las tuberías, que pueden haber llegado al final de su vida útil).

Estos costos no son nada comparados con los daños que sufrirá el país de progresar la escasez de agua. En California, por ejemplo, la escasez de agua y la sequía alimentaron los incendios forestales que causaron 24 mil millones de dólares en daños en 2018 y que afectarán negativamente la calidad del agua potable en los próximos años. Un estudio del Servicio Forestal de Estados Unidos encontró que casi la mitad de las cuencas fluviales que suministran agua al país pueden no ser capaces de satisfacer la demanda de agua, lo que podría dejar insatisfechas las necesidades municipales, de la producción agrícola y del crecimiento industrial.

La crisis del agua de Sudáfrica estuvo bajo el escrutinio mundial cuando Ciudad del Cabo, la segunda ciudad más grande del país, evitó por poco llegar a su "día cero" en 2018 (el día cero se refiere a la fecha en la que ya no habrá suficiente agua para satisfacer las necesidades de una población). Sin embargo, incluso de cara a ese escenario, podría costarle al país menos del 2% de su PIB en 2030 atender sus problemas de agua. Más de la mitad de los costos están asociados con el suministro de agua potable y saneamiento, mientras que abordar la escasez comprende alrededor del 20% del costo total.

Los 17 países que necesitan la mayor cantidad de ayuda para resolver sus problemas de agua

Diecisiete países, que representan el 10% de la población mundial, necesitan más del 8% de su PIB anual para lograr una gestión sostenible del agua. Esto se debe tanto a su limitada gestión e infraestructura hídrica como a sus relativamente empobrecidas economías. Estos países necesitarán la asistencia de los bancos de desarrollo y otras organizaciones financieras y de desarrollo si quieren hacer frente a sus desafíos relacionados con el agua.

Lograr una gestión sostenible del agua en Mali, por ejemplo, podría requerir más del 8% del PIB del país en 2030. Al igual que en muchos países del África subsahariana, incluidos Eritrea, Zimbabue y Sierra Leona, brindar acceso a servicios de agua potable y saneamiento sería la categoría más costosa para Malí, ya que representaría el 58% de los costos totales. Los costos de brindar agua potable y el saneamiento están estrechamente relacionados: los países donde el agua potable limpia y accesible es escasa tienden a tener también brechas en el acceso al saneamiento, y viceversa. Los países en los que son altos los costos de brindar agua potable y saneamiento también tienden a requerir porcentajes mucho mayores del PIB para brindar una gestión sostenible del agua.

Los países, estados y gobiernos de todo el mundo deberían prestar atención e invertir en la seguridad hídrica fuera de sus fronteras. Las crisis del agua se extienden más allá de las fronteras nacionales: las sequías y el estrés hídrico pueden contribuir a conflictos violentos, migraciones e inestabilidad regional. En Mali, la violencia entre agricultores y pastores por los recursos de agua y tierra, cada vez más escasos, ya estalló. La escasez del agua afecta a la agricultura, lo cual eleva los precios de los cultivos básicos en todo el mundo. Esto puede provocar una nutrición deficiente, dañar la economía mundial y contribuir aún más a los conflictos. Por ejemplo, las sequías de 2010 en Rusia, Ucrania, China y Argentina provocaron picos en los precios del trigo, que según los expertos fue una de las muchas fuerzas impulsoras de la Primavera Árabe.

Lograr una gestión sostenible del agua en todos los países

Estimamos los costos utilizando datos globales, por lo que no deben tomarse como costos precisos o recomendaciones de políticas específicas. La gestión eficaz de los recursos hídricos requiere una inmersión más profunda en las condiciones locales, teniendo en cuenta los desafíos nacionales del agua, los datos localizados y el panorama político. Los números anteriores deben usarse como punto de partida para futuras investigaciones y una pantalla inicial para los países que más necesitan inversión.

Sin embargo, de manera general, las soluciones a los desafíos relacionados con el agua ya se comprenden. Reducir nuestra sed colectiva a través de soluciones de gestión de la demanda, como el riego eficiente, a menudo reduce la escasez de agua, al tiempo que mantiene la productividad y la viabilidad comercial. La infraestructura basada en la naturaleza, que aprovecha ecosistemas como bosques y humedales junto con infraestructura tradicional como tuberías y bombas, tiene importantes beneficios tanto para la cantidad como para la calidad del agua.

Las soluciones a las crisis de agua del mundo están a la mano; lo que falta es el dinero (de los sectores público y privado) y la voluntad política necesaria para implementarlos. Es hora de que las soluciones para la crisis hídrica no se vean como una carga, sino como una oportunidad. Resolver los desafíos del agua compartidos en el mundo mejorará las vidas y los medios de subsistencia de miles de millones, beneficiará los ecosistemas que nos rodean y puede generar importantes retornos de la inversión.