Samira Pérez, residente desde hace mucho tiempo de Barranquilla, en Colombia, solía gastar su tiempo y dinero en taxis para llevar a sus hijos a los centros comerciales locales después de la escuela y durante los fines de semana. Allí, pasaban el tiempo maravillándose ante las tiendas de lujo, escuchando conciertos y compartiendo comidas de restaurantes.

El papel central que ocupa el centro comercial en la vida de la familia Pérez es algo común en las ciudades latinoamericanas de rápida urbanización y en las que los centros comerciales a menudo fungen como espacios de reunión limpios y seguros a falta de opciones accesibles al aire libre. En Barranquilla, donde los centros comerciales son omnipresentes, una encuesta de percepción pública de 2009 encontró que el 90% de sus residentes no estaban satisfechos con los espacios públicos y verdes de la ciudad.

Pero las cosas cambiaron en 2016. El parque local de Pérez, Parque Los Andes, es uno de los 258 espacios públicos transformados a través del programa de renovación masiva de parques de la ciudad, Todos al Parque. Anteriormente asociado con el tráfico de drogas, el crimen y el abandono, el Parque Los Andes es ahora un lugar de encuentro familiar con áreas de juego y canchas de futbol bien iluminadas y mantenidas. También es emblemático de una historia más amplia sobre el renacimiento de Barranquilla.

Todos al Parque es finalista del Premio a las ciudades del Centro Ross de WRI 2021-2022, y muestra cómo la inversión inclusiva en espacios públicos verdes es una estrategia efectiva para desarrollar la economía, apoyar a los grupos marginados y generar confianza en las instituciones públicas.

Empezar donde más se necesita el cambio

En la década de 1970, la otrora poderosa industria naviera de Barranquilla estaba en declive, sus bosques se talaban y sus vecindarios cambiaban para mal. Los asentamientos informales se expandieron mientras que la calidad de vida, la salud pública, la seguridad y las oportunidades económicas declinaron. A fines de la década de los 2000, el espacio público por habitante era menos del 10% del mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Los vecindarios con parques y espacios públicos descuidados tenían tasas más altas de delincuencia y casos de asma, obesidad y otras enfermedades de salud.

En 2011, la administración entrante de la Alcaldesa Elsa Noguera creó un programa que tenía como objetivo recuperar 60 parques ubicados en los barrios más marginados de la ciudad. El programa, Todos al Parque, priorizó las necesidades de los grupos vulnerables y desfavorecidos, incluidas las infancias, las mujeres, las personas discapacitadas y de la tercera edad. El programa se centró en involucrar a los residentes en el diseño conjunto de los parques.

Desde el principio, el programa tuvo como objetivo lograr una distribución social y espacial más equitativa de los espacios verdes. Empezando por las áreas más desatendidas en la parte sureste de la ciudad, los beneficios se expandieron a través de Barranquilla con el tiempo.

Para cada parque, arquitectos y líderes comunitarios discutieron las necesidades y las ideas de diseño; luego, los representantes públicos se reunieron con miembros de la comunidad en el vecindario donde se iba a renovar o construir el parque. Los miembros de la comunidad hicieron recomendaciones que finalmente se tomaron en cuenta, como cambiar la superficie de la cancha de futbol de arena a césped sintético, aumentar el tamaño del área de juegos para niños pequeños y crear un área dedicada para la programación infantil. Antes de que comenzara la construcción en cada parque, los organizadores realizaron una ceremonia de firma simbólica para que los residentes pudieran aprobar la versión final.

Hoy, el 93% de los hogares barranquilleros cuentan con un espacio público verde a 8 minutos caminando de sus casas. Todos al Parque tiene presencia en los 188 barrios de la ciudad.

¿Cómo lo hicieron?

Luego del lanzamiento del programa, en 2011, un pequeño equipo designado dentro de la Alcaldía se reunió con expertos locales, inspeccionó los parques de la ciudad e investigó las mejores prácticas internacionales. Tampa, Florida, una ciudad hermana de Barranquilla, sirvió de inspiración. En ese momento, Tampa contaba con 44 m² de espacios verdes por persona, en comparación con los 0.86 m² de Barranquilla. Durante una visita de estudio en Tampa, el equipo aprendió sobre infraestructura, técnicas de codiseño y aspectos prácticos sobre cómo podrían colaborar diferentes agencias y contratistas de la ciudad.

El equipo de Barranquilla puso en práctica las lecciones aprendidas durante los pilotos en 2013. Luego, el Alcalde Noguera estableció un Comité de Parques coordinado por la Agencia de Infraestructura del Distrito, que incluye a representantes de los departamentos de obras públicas, recreación, tránsito y seguridad vial, alumbrado público y seguridad del Distrito.

La primera fase de implementación del programa, en 2014, fue tan popular que la ciudad continuó durante seis fases consecutivas, y las cuales aún continúan. Todos al Parque incluye también varias asociaciones público-privadas que llevan a cabo proyectos de plantación de árboles (Siembra Barranquilla), infraestructura (Puerta de Oro) y alumbrado público (APBAQ). El gobierno de la ciudad ha adoptado el enfoque de participación ciudadana como estrategia para todas sus actividades, incluidos los planes de desarrollo de barrios.

Poner a las personas en el centro de las políticas públicas

Sin duda, Todos al Parque ha traído beneficios a prácticamente todos los barranquilleros. Y en algunos casos, ha transformado por completo la vida de las personas.

Hace siete años, Ricardo Antonio Cueto González perdió su trabajo, su hogar y finalmente sucumbió al abuso de sustancias. Durante dos o tres años durmió en los parques abandonados de Barranquilla. “Estaba en una situación muy crítica porque en realidad había perdido mi trabajo y, al mismo tiempo, no tenía hogar”, dijo González. “Realmente no quiero que eso le suceda a otras personas”.

Antes de que se renovaran los parques, fue testigo de tráfico de drogas y delincuencia. Un día, la directora de un refugio local para personas sin hogar ayudó a cambiar su vida al presentarle al administrador del programa de parques de la ciudad, Alberto Salah.

“Ella [la directora del refugio] me ayudó mucho”, explicó Cuerto. “Gracias a mi buen comportamiento, ella me ayudó a convertirme en guardaparque. El gerente, el Dr. Alberto, me entrevistó y conseguí el trabajo en el parque. No sabía casi nada sobre jardinería, pero aprendí con el tiempo”. Como guardaparques que trabaja en parques de toda la ciudad, Cueto participa en el mantenimiento diario de los parques, incluido el riego, el mantenimiento de jardines, la remoción de tierra, la poda y la limpieza.

Donde sea posible, Todos al Parque busca ayudar a las personas sin hogar, vendedores y residentes informales, con lo que fomenta un sentido de pertenencia y orgullo en los espacios públicos de la ciudad.

Más que un parque

En 2018, una universidad local encontró que el 98% de los barranquilleros estaban de acuerdo en que la recuperación y creación de parques mejoró el bienestar de sus familias. Pero los beneficios se extienden más allá y abarcan también a la salud, las finanzas, el empleo, la resiliencia climática y la erosión del suelo de la ciudad.

Todos al Parque ha creado casi 1.5 millones de metros cuadrados de áreas verdes hasta el momento. En los barrios con parques recuperados, el gobierno local fue testigo de mayores tasas de cumplimiento tributario, lo que tuvo un efecto neto positivo en las finanzas públicas de la ciudad. Han disminuido los robos a menos de 100 metros de los parques. Durante la pandemia de COVID-19, los parques de Barranquilla sirvieron como mercados locales de alimentos improvisados, sitios de prueba y vacunación, y de organización de actividades tales como clases de acondicionamiento físico al aire libre para 39 mil 400 usuarios.

Más allá de Barranquilla, el programa inspiró al gobernador del departamento regional del Atlántico a lanzar un programa hermano en 2020. Parques para la Gente tiene como objetivo recuperar 311 mil metros cuadrados de parques y espacios públicos en 23 localidades del estado. Y en 2021, alcaldes de ocho ciudades latinoamericanas en Brasil, Argentina, Uruguay, Perú y Colombia firmaron la Declaración de Barranquilla, con lo que se creó una red regional de “biodiverciudades” para promover la inversión en infraestructura y espacios públicos verdes. La iniciativa cuenta con el respaldo de CAF, el banco de desarrollo de América Latina.

Mientras tanto, los parques de Barranquilla crean una nueva ciudad, no sólo para el momento actual, sino también para el futuro.

“Para mí, este parque [Parque los Andes] representa mucho”, dijo Pérez. “Me gustan mucho las áreas infantiles, la naturaleza y las áreas verdes, que antes no teníamos. Es algo que estará aquí en el futuro para mis hijos y nietos. Este parque ha cambiado mi vida. Ha producido un sentido de pertenencia en mí y en la comunidad”.

El Premio a las ciudades del Centro Ross de WRI, edición 2021-2022, celebró proyectos e iniciativas que mostraran cómo vivir y prosperar en tiempos turbulentos. De entre los cinco finalistas, se anunció a Barranquilla como ganador del gran premio el 1 de febrero de 2023.