• El equipo de WRI México, que lidera la implementación del Proyecto Coaliciones Urbanas Transformadoras, considera que acciones basadas en el uso de infraestructura verde y soluciones basadas en la naturaleza, los usos de suelo y la planeación urbana compacta y equitativa, la gestión del agua y la movilidad urbanas en forma sostenible pueden contribuir a la mitigación de las problemáticas asociadas a la contaminación de Río, el cambio climático y las desigualdades
  • El proyecto cuenta con el auspicio del Ministerio de Medio Ambiente Alemán y promueve un modelo de gobernanza participativa que involucra a actores que trabajan en un Laboratorio Urbano

Naucalpan, Estado de México, 31 de agosto de 2022.- Las problemáticas urbanas derivadas de la contaminación del Río Hondo que afectan al municipio de Naucalpan representan la oportunidad de una transformación regeneradora que contribuya además a la mitigación del cambio climático y al combate contra las desigualdades, señalaron miembros del equipo del Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México, por sus siglas en inglés), que lidera la implementación del proyecto Coaliciones Urbanas Transformadoras (TUC, por sus siglas en inglés).

Prácticamente la totalidad de las descargas de aguas residuales domésticas e industriales que se generan en este municipio terminan en el cauce del Río Hondo. Se estima que, a lo largo de los 17 kilómetros que recorre el río y su área de influencia, en la que habitan alrededor de 600 mil personas, existen riesgos de inundación y exposición a daños a la salud pública y al medio ambiente por mantos freáticos contaminados y emisión de metano a la atmósfera.

El Río Hondo representa riesgos de inundación por acumulación de basura y falta de desazolve, genera malos olores, y presenta una ausencia de áreas verdes y arbolado en la rivera. Para los especialistas de WRI México a cargo de TUC, existe una gran oportunidad de transformar esta problemática con acciones regeneradoras basadas en el uso de infraestructura verde, los usos de suelo y la planeación urbana compacta y equitativa, la gestión del agua y la movilidad urbanas de forma sostenible.

Ignacio Bernabé, coordinador de agua e infraestructura verde de WRI México, consideró que acciones como la separación del drenaje del cauce del río, la creación de techos verdes con captación de agua pluvial para reducir las escorrentías y de jardines infiltrantes pueden contribuir al rescate y la regeneración de la zona, mejorar la calidad de vida de sus habitantes e incluso incrementar los valores del suelo.

Gorka Zubicaray, coordinador de desarrollo urbano de WRI México, destacó que, entre los impactos climáticos de Naucalpan, se encuentran varias colonias con riesgo alto o muy alto de inundaciones, cuerpos de agua contaminados, islas de calor y hundimientos.

Explicó que el 60% de la población mundial vivirá en ciudades en 2030, y 80% de los mexicanos vivirán en zonas urbanas, las cuales consumen dos tercios de la energía mundial y generan el 70% emisiones de gases de efecto invernadero globales.

Zubicaray expuso que entre las consecuencias de un modelo urbano disperso en México se sabe que, entre 1990 y 2015, el parque vehicular creció 3.5 veces más rápido que la población.

Mariana Campos, gerente de TUC en México, explicó que en Naucalpan el proyecto ha logrado involucrar a actores de distintos sectores relevantes de la sociedad, tales como autoridades, organizaciones de la sociedad civil, académicos y empresarios.

El laboratorio sesiona desde mayo pasado, y en este momento está enfocado en acordar una visión compartida para el área de transformación seleccionada, definir un plan de acción y una serie de actividades demostrativas orientadas a la implementación de un proyecto piloto que contribuya a la mitigación y adaptación al cambio climático, el combate a las desigualdades y que fomente la resiliencia.

TUC cuenta con el financiamiento de la Iniciativa Climática Internacional (IKI) del Ministerio de Ambiente, Conservación y Seguridad Nuclear (BUM) del Gobierno Federal Alemán en México. WRI es responsable por su implementación en Naucalpan y en León. El proyecto, dividido en dos fases, cada una con duración de tres años y fecha de término en 2026, promueve proyectos estratégicos y el fortalecimiento de capacidades locales para generar iniciativas orientadas a la descarbonización y que permitan mitigar el cambio climático.