• “Los costos de la inacción son importantes: entre la mitad del PIB nacional y el doble del PIB acumulado”, dijo José Luis Samaniego, director ejecutivo de WRI para México y Colombia durante sesión ordinaria del Consejo Consultivo Ciudadano Pensando en México con el tema “Cambio climático: repercusiones en México y recomendaciones posibles”
  • México invierte 23 veces más en atender que en prevenir desastres
  • Por cada peso que se invierte en prevención de desastres, pueden ahorrarse hasta 10 en reconstrucción

CIUDAD DE MÉXICO, 8 de agosto de 2023.- México invierte 23 veces más en atender que en prevenir desastres, pese a que toda la evidencia apunta a que es más rentable invertir en prevención que en reconstrucción, dijo José Luis Samaniego, director ejecutivo de WRI para México y Colombia durante su participación hoy en la sesión ordinaria del Consejo Consultivo Ciudadano Pensando en México con el tema “Cambio climático: repercusiones en México y recomendaciones posibles”.

En un llamado a mirar al componente de adaptación climática, y no sólo al de mitigación, Samaniego expuso que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, por cada peso que se invierte en prevención de desastres, pueden ahorrarse hasta 10 en reconstrucción.

“Hay un dilema en la adaptación, como en toda estrategia de desarrollo, entre actuar hoy y actuar más adelante. Los costos de la inacción son importantes: entre la mitad del PIB nacional y el doble del PIB acumulado”, dijo, y agregó que, en contraste, la valoración monetaria de los servicios ecosistémicos ascendería al 3.11% del PIB, y la aplicación de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) brindaría beneficios netos de 5mmdd con una inversión del 0.8% del PIB.

Enlistó lo que debería suceder en el País en términos de política respecto al componente de adaptación climática, tales como: implementar las acciones de los ejes estratégicos de la NDC de manera integral; desarrollar una estrategia de financiamiento para la adaptación al cambio climático; elaborar e implementar la Política Nacional de Adaptación; detonar inversiones privadas para implementar medidas de adaptación y disminución de la vulnerabilidad; Desarrollar metas cuantitativas de adaptación; alinear el presupuesto a prioridades para la adaptación y desarrollo, y extender el sistema de seguros paramétricos a otros sectores.

También resaltó la necesidad de desarrollar un esquema de Pago por Servicios Ambientales de gran escala entre zonas secas y húmedas del País para mitigar el estrés hídrico; robustecer criterios para la evaluación del impacto ambiental con base en escenarios climáticos de mediano y largo plazo; crear un canje de deuda por resiliencia y de tener un fondeo internacional sin costo a los países como México, como complemento al fondeo nacional.

El evento contó con la participación de Adrián Fernández, director ejecutivo de la iniciativa Climática de México, quien se concentró en el componente de mitigación en su presentación, y de las consejeras y consejeros miembro. Fue moderado por el diputado Salomón Chertorivski.

“En México hay un montón de malos entendidos por pésimas políticas públicas, para empezar en energía. No basta con eliminar el combustóleo y el carbono, que se puede lograr, sino que también no hay que caer en la trampa del gas natural. El gas natural no nos sirve como apuesta única para atender toda la demanda creciente y futura de la electricidad. Con gas natural nuestras emisiones nunca harán pico, seguirán creciendo”, expuso Fernández durante su presentación.

Agregó que otra cosa que necesita México además de la NDC es el análisis de la neutralidad de emisiones del país, es decir, que México tiene la obligación de decirle al mundo cuándo llegará a las cero emisiones.

La participación de Samaniego se enmarca en los esfuerzos de WRI México por compartir un panorama de las oportunidades de México de impulsar una transición económica justa, sostenible y baja en emisiones de carbono, basada en evidencia científica y construida mediante procesos colaborativos en sectores clave, que sea de utilidad para personas y organizaciones involucradas en el desarrollo de los futuros planes de gobierno a nivel federal, estatal y municipal, de modo que contribuya a alcanzar un futuro más sostenible. Todo desde una posición de neutralidad partidaria, de forma abierta y transparente, respetuosa de las distintas plataformas y movimientos, basada en la ciencia y el conocimiento.