• Expertos coinciden en multidimensionalidad de la pobreza y en necesidad de medir también vulnerabilidad de poblaciones
  • Afirma Patricia Mercado, Presidenta de la Comisión de Zonas Metropolitanas y de Movilidad, que respuestas a pandemia deben construirse desde el barrio y que sí es tiempo de un nuevo pacto federal
  • Llama OXFAM México a incluir metodologías cualitativas pues lo que no se cuenta se vuelve invisible

Ciudad de México, viernes 19 de junio.- El Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México, por sus siglas en inglés), en conjunto con la Comisión de Zonas Metropolitanas y Movilidad del Senado de la República Mexicana y la Coalición por la Transformación Urbana, acogieron el conversatorio Midiendo la desigualdad urbana: aproximaciones metodológicas para Latinoamérica, el evento de cierre de la Semana de las Ciudades de la iniciativa Revolución Sostenible.

El diálogo intersectorial exploró diversas formas de medir la desigualdad en las ciudades latinoamericanas, así como la utilización de estas herramientas para orientar la toma de decisiones de los gobiernos hacia una recuperación pospandémica resiliente, equitativa y sostenible. La sesión contó con la moderación de Edgardo Bolio Arceo, director del Instituto Municipal de Planeación de Mérida.

“Medir la desigualdad en las ciudades es difícil, pero es necesario porque queremos crear resiliencia y sostenibilidad, respetando el legado y multidimensionalidad de cada ciudad, y necesitamos información sobre varias escalas para crear armonía entre barrios y familias”, explicó.

Chevalier dijo que también se necesita documentar cómo las intervenciones públicas inciden sobre la segregación residencial.

Mónica Pinilla Rocancio y Ricardo Nogales de la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford presentaron algunos análisis que tienen por objetivo crear una agenda de conocimiento e información que ayuda a informar la política pública en temas de pobreza.

Ricardo Nogales explicó las diferencias entre las herramientas que utilizaron para su ejercicio, y destacó los Índices de Pobreza Multidimensionales (IPMs) nacionales y el global y el nuevo Índice de Vulnerabilidad Multidimensional (IVM).

El IMP Global, dijo, tiene 10 indicadores y su objetivo es tener una comparativa internacional al situar a cada país en una escala. Los indicadores están divididos en tres grupos (salud, educación y estándar de vida), y se considera que una persona es pobre si cae en un tercio de los 10 indicadores, o que está en pobreza extrema si cae en la mitad de estos.

Pinilla explicó que, pese a la utilidad de ese indicador, el IVM incluye indicadores que no incluyen los IMP, tales como tasa de informalidad en el empleo, hacinamiento y acceso a instalaciones para lavarse las manos, un dato crucial en el contexto de la pandemia del COVID-19.

La experta también indicó la importancia de tomar las características de cada región en la recolección de datos. “En América Latina hay que tomar en cuenta sus características, tales como inequidad, empleo informal, falta de acceso a servicios de salud, sistemas de protección social fragmentados, baja cobertura de sistemas de seguridad social y una clase media en crecimiento”, dijo.

Por su parte, Natalia García, gerente de Regulación y Normativa Urbana del Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México) presentó el proyecto de Índice de Desigualdad Urbana en el que trabaja la Coalición por la Transformación Urbana, el cual pretende estimar cómo es que los costos y beneficios de la infraestructura urbana se distribuyen de manera desigual entre los habitantes.

La accesibilidad espacial, explicó, es calculada a partir de pareas de influencia o servicio con base en isócronas estimadas como el tiempo promedio de los habitantes en cada estrato señalado en el Índice de Inclusión Social Urbana (USII) tarda en llegar desde su hogar a destinos tales como su centro de trabajo su escuela, ya sea caminando o en transporte público.

En representación de la visión de los bancos de desarrollo, Pablo López, coordinador de la iniciativa Ciudades con Futuro del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), indicó que uno de los desafíos cuando se habla de inclusión es precisar qué es de lo que se habla, pues pueden entrar dimensiones tales como género, origen y hasta una conceptualización personal sobre qué significa vivir bien.

Explicó que la visión de CAF es analizar qué obstáculos tienen que vencer las poblaciones para acceder a oportunidades tales como educación, salud, espacios verdes y recreación y un empleo formal, y mapear en dónde se encuentran los distintos tipos de dificultades, como recursos, calidad de vivienda y calidad de servicios.

“Cuando uno habla de inequidad, se acostumbra a tomar el ingreso como único indicador, pero la pobreza tiene muchas dimensiones”, dijo López.

Leticia Milena Dovalí, de OXFAM México, introdujo la discusión de la importancia de las metodologías cualitativas como complemento de las metodologías cuantitativas.

“Lo que se cuenta, cuenta… por el contrario, lo que no se cuenta, se vuelve invisible”, explicó. Milena Dovalí citó el ejemplo de la inexistencia de datos hasta 2015 en el CENSO sobre la población que se identifica como afromexicana o afrodescendiente en el país.

Diego Pérez Floreán, de ONU Hábitat México, resaltó que nos enfrentamos a la peor crisis económica y social en la historia moderna, y que la crisis del COVID-19 exacerba la crisis urbana que ya lleva muchos años de existir en América Latina y el mundo.

“Hay necesidad de respuestas priorizadas, multiescalares y en diferentes momentos del tiempo. Primero, se necesita una respuesta a la emergencia en la que hay que proteger la salud humana, las redes de protección social y los servicios los ingresos de la población. Luego hay una etapa de recuperación en la que se tienen que reactivar empleos y la actividad económica, y también crear modelos de cohesión social y resiliencia. Luego, en el mediano y largo plazo, es necesario hablar de un nuevo modelo urbano y de una reforma fiscal ligada a la gestión del suelo, y de una transformación de la forma urbana y una reducción de desigualdades”, dijo.

Para ello, aseguró que se necesitan datos territorializados y de un modelo de ciudad basado en lo local.

El diálogo culminó con la participación de la Senadora Patricia Mercado, quien preside la Comisión de Zonas Metropolitanas y de Movilidad, quien aseguró que sí cree que está en la mesa la creación de un nuevo pacto federal.

“Las respuestas van a tener que construirse desde el barrio, desde lo local”, finalizó.

La Semana de las ciudades, del 15 al 19 de junio, está enmarcada dentro de la iniciativa Revolución Sostenible: diálogos para la recuperación, la resiliencia y la equidad, la cual pretende generar una conversación multisectorial hacia una recuperación pospandémica que nos lleve a una sociedad más resiliente a desastres y enfermedades, más justa y equitativa y cuidadosa del medio ambiente.

Revolución Sostenible es una iniciativa de WRI México y las organizaciones aliadas Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Embajada Británica en México, la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable en México (GIZ), la Iniciativa Climática de México (ICM), The Climate Reality Project América Latina, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

Frases destacadas

“La dificultad de definir las intervenciones yace en cómo atender mejor las diferentes dimensiones de la exclusión social”

Ophélie Chevalier, especialista Senior de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

“Los países quieren soluciones adaptadas a sus propios contextos. Así se pueden generar mejores políticas públicas”

Mónica Pinilla Rocancio y Ricardo Nogales de la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford

“Queremos analizar la inequidad en las ciudades desde diferentes perspectivas, principalmente desde el punto de vista de inclusión social”

Natalia García, gerente de Regulación y Normativa Urbana de WRI México

“Si las ciudades no generan riqueza, el proceso de inclusión se complica. La productividad es clave”

Pablo López, coordinador de la Iniciativa de Ciudades con Futuro del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF)

“A veces para poder tener datos necesitamos datos cualitativos, ir a preguntar a la gente cuáles son sus principales carencias. La falta de datos es un problema estructural que exige el uso de métodos cuantitativos junto con los cualitativos”

Leticia Milena Dovalí, OXFAM México

“Tenemos que hablar de un modelo de ciudad basado en lo local. La Revolución sostenible o es local o no va a ser”

Diego Pérez Floreán, ONU Hábitat México

 

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