SHARM AL SHAIJ, Egipto, 10 de noviembre de 2022.- El gasto que generarán las inundaciones, sequías, incendios y huracanes, por su afectación a la infraestructura, transporte, energía y agricultura en Latinoamérica será de 793 millones de dólares anuales, cifra similar al costo que tuvo la pandemia de COVID-19.

Así lo estima el reporte “Pérdidas y daños” realizado por el World Resources Institute (WRI) y presentado en el marco de la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27).

Angélica Vesga, directora interina de WRI México y Colombia y moderadora del panel, aseguró que el trabajo realizado por WRI muestra la alta vulnerabilidad de Latinoamérica a los embates climáticos.

Al presentar el documento, Carolina Usache, gerente técnica de cambio climático de WRI Colombia, agradeció a los socios participantes, incluyendo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD), entre otros.

“Estás pérdidas y daños causarían un estrago económico de 793 millones de dólares anualmente. Esta es la cantidad que se invirtió en tres años de la pandemia de COVID-19; es decir, el cambio climático causará impactos que cuesten anualmente lo mismo que una pandemia”, alertó.

Camila Zepeda, directora general de asunto laterales de la Cancillería de México, enfatizó la urgencia de financiamiento y cómo la estructura actual del mismo no es viable para las urgencias de las comunidades en crisis.

Agradeció el estudio presentado por WRI Colombia, ya que este pone en evidencia la magnitud de los daños; sin embargo, el costo económico no muestra todo el impacto en el estilo de vida, cultura e historia.

“Estamos hablando de una pérdida mucho más grande y no cuantificable”, dijo.

En su intervención, Susana Muhamad, Ministra de Medio Ambiente de Colombia, mencionó que en el país ya hay claramente pérdidas y daños, y al momento hay 400 mil damnificados en el territorio.

Habló de cómo la negociación internacional que se lleva hasta ahora es totalmente inadecuada a la que se necesita y el financiamiento climático es demasiado lento para reaccionar a las necesidades que el cambio climático crea.

“Por ejemplo, en Pakistán hay 33 millones de damnificados y no pueden esperar a crear un comité para definir qué es el financiamiento climático,” agregó.

“Cada vez se cierra más la ventana de adaptación y vamos más hacia pérdidas y daños por lo cual es clave que estas cumbres climáticas dejen de tomar decisiones tecnocráticas y tomen en vez decisiones políticas”, llamó.

Al finalizar el evento, en el que participaron Fátima Andrade y Esperanza González de Euroclima y el BID, respectivamente, Angélica agradeció a todas por sus intervenciones y reiteró que se debe impulsar la acción, tener solidaridad y enfocar los esfuerzos, y que debe haber innovación y soluciones basadas en la naturaleza.