El término quelpo (kelp, en inglés) se emplea habitualmente para referirse a más de 100 especies de algas pardas de gran tamaño que constituyen uno de los hábitats más productivos y diversos del planeta.

Desde proporcionar un hábitats para la cría y áreas de alimentación para una gran diversidad de organismos marinos, hasta contribuir de manera crítica a un sentido de identidad para los pueblos indígenas y costeros que lo han utilizado durante generaciones como medicina, alimento y material, el kelp es de vital importancia para el planeta y la gente.

La evidencia sobre la importancia del quelpo a nivel mundial va en aumento, con nuevas investigaciones que estiman que los bosques de quelpo generan aproximadamente 500 mil millones de dólares anuales en servicios ecosistémicos, como la captura de carbono y la eliminación de la contaminación por nutrientes como el nitrógeno y el fósforo de la columna de agua.

Las mismas investigaciones destacan también la importancia de los bosques de kelp al proporcionar un hábitat para especies valiosas de peces y mariscos que sustentan las economías y los empleos locales, al mismo tiempo que protegen la biodiversidad. Sin embargo, durante los últimos 50 años, el cambio climático, la mala calidad del agua y la sobrepesca han dañado entre el 40% y el 60% de estos bosques de algas kelp, lo que les pone en riesgo y a los beneficios que brindan.

En este texto, tomando como base el documento En el mar azul: Lograr un futuro sostenible para los bosques de quelpo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el informe de síntesis global más exhaustivo sobre el alga quelpo publicado hasta la fecha, exploramos por qué estos ecosistemas críticos son tan importantes para las personas, la naturaleza y el clima.

¿Qué es el quelpo?

El quelpo o kelp es un subgrupo de algas parduzcas de gran tamaño que crece en aguas frías ricas en nutrientes. Comúnmente descrita como una especie fundadora, estas algas marinas crean hábitats similares a bosques que fomentan una enorme y diversa cantidad de vida, incluidos caracoles de mar, ofiuras, langostas, varias especies de peces, focas, nutrias marinas y más. El término algas marinas se refiere a las miles de especies de algas rojas, verdes y pardas que vienen en una variedad de formas y tamaños que crecen en diferentes profundidades y ambientes.

Una distinción importante que hacer es que, quizás sorprendentemente, las algas marinas y el quelpo no son plantas. El kelp, y las algas marinas en general, son un grupo de organismos que son en gran parte acuáticos y tienen capacidades fotosintéticas; sin embargo, los dos se separaron evolutivamente de las plantas hace millones de años.

En conjunto, los bosques submarinos de algas se extienden a lo largo de las zonas costeras poco profundas del mundo, y cubren un área del tamaño de la selva amazónica.

Las especies quelpo están formadas por tres partes principales: una lámina (o láminas) que absorben la luz solar y los nutrientes del agua circundante, un estipe que sostiene las láminas y rizoides que anclan el organismo al fondo del océano. Algunas especies de algas marinas tienen vesículas de gas (neumatocistos) que les permiten flotar cerca de la superficie, mientras que otras se extienden hacia la columna de agua o fluyen a lo largo del lecho marino.

¿Qué es un bosque de quelpo y dónde se encuentran?

Parecido a los bosques terrestres, los bosques de quelpo crean un hábitat único de múltiples capas, con sus “copas”, que es la capa pegada a la superficie del agua, y una red conectada de capas de vegetación, como si fueran ramas, conocida como sotobosque o bosque bajo, entre los rizoides en el fondo del océano. Este hábitat variado convierte a estos bosques en el hogar y fuente de alimento de una amplia gama de animales.

Los bosques de quelpo se encuentran a lo largo de entre el 25% y el 30% de las costas mundiales, lo que los convierte en el ecosistema de vegetación marina más extenso del mundo. Son especies predominantemente de aguas frías y se pueden encontrar en áreas templadas, árticas y subantárticas. Algunos de los bosques más grandes se encuentran a lo largo de las costas del Pacífico de América, entre Alaska y Baja California; en las costas sur de Chile y Argentina; en aguas de Nueva Zelanda y Australia, y en costas de Suráfrica.

El quelpo también se puede encontrar en latitudes tropicales, como en las Islas Galápagos y en los montes submarinos profundos. Debido a los impactos del cambio climático y al progresivo calentamiento de las aguas, es probable que haya un cambio en la distribución de quelpo, con una mayor presencia en polos norte y sur, algo que ya se empieza a observar.

Un bosque de quelpo frente a la costa de Monterey, California. Estos extensos ecosistemas generalmente se encuentran a lo largo de las costas en las regiones más frías. Foto de fdastudillo/iStock.

¿Por qué el quelpo es importante para las personas y el planeta?

El quelpo proporciona una amplia gama de servicios vitales para las personas:

Santuarios de biodiversidad

Los bosques de quelpo son ricos en biodiversidad porque crean estructuras tridimensionales bajo el agua que las especies pueden usar como refugio y alimento. Dado que pueden amortiguar las fuerzas de las olas, estos bosques también crean microhábitats más tranquilos, lo que permite que especies en diferentes niveles dentro de la cadena alimenticia habiten el área. Estas áreas son tan importantes para la vida que muchos animales marinos interactuarán con un bosque de quelpos al menos una vez en su vida. En la escala más amplia del paisaje marino, las extensas “copas” de los bosques de quelpo ofrecen refugio y sitios de alimentación para la vida silvestre marina, como focas, nutrias marinas, pulpos, aves marinas, tiburones y grandes peces depredadores. La desaparición de los bosques de quelpo, por lo tanto, tiene un impacto significativo en la vida marina, como se encontró en un estudio en Noruega, donde una eliminación experimental de quelpo mostró una disminución en la abundancia total de peces.

Seguridad alimentaria

El kelp es una fuente de alimentos rica en nutrientes, llena de fibra dietética, ácidos grasos omega-3, aminoácidos esenciales y vitaminas A, B, C y E que pueden proporcionar beneficios para la salud de quien lo consuma. Se utiliza cada vez más como ingrediente en aderezos para ensaladas, budines, pasteles, productos lácteos y diversos alimentos congelados. El quelpo también forma el hábitat natural de muchas especies capturadas por pesquerías con fines comerciales, recreativos o de subsistencia, como el bacalao, la langosta y el cangrejo.

Impacto económico

Una granja de quelpo en la provincia china de Fujian, donde los agricultores en los barcos de pesca usan cuerdas para recolectar quelpo y otras algas marinas. La mayor parte del quelpo cultivado proviene de Asia. Foto de gnomeandi/Shutterstock.

Además de con fines alimentarios, las algas marinas también se cosechan para utilizarse como alimentos acuícolas, bioplásticos y otros materiales. Como un recurso versátil que proporciona nuevos puestos de trabajo en todo el mundo, se prevé que el cultivo de quelpo crezca continuamente como industria. Asia alberga más del 99% de la producción mundial de algas marinas y quelpo. Respectivamente, China, Indonesia y Corea del Sur producen el 55%, 32% y 8% del mercado global, es decir, el 95%. Los bosques de quelpo también son destinos turísticos atractivos en lugares como la Isla Catalina de California, el Santuario Marino Nacional de las Islas del Canal y la Bahía de Monterey, porque la riqueza en biodiversidad de los bosques hacen que los sitios sean ideales para bucear con esnórquel.

Impacto cultural

La relación entre humanos y algas se remonta a milenios. El quelpo tiene un alto valor sociocultural, plasmado en pinturas, música y arte. Históricamente, el quelpo ha ocupado un rol dentro de las prácticas tradicionales y la vida espiritual y religiosa de las personas, con un impacto en las identidades culturales. El quelpo se ha utilizado como medicina, alimento y material para artículos como sedal y canoas en América del Sur durante 14 mil años y entre los aborígenes australianos quizás por hasta 65 mil años. Existe evidencia de que el quelpo influyó directa o indirectamente en las rutas migratorias de las personas de Asia a las Américas a fines del Pleistoceno, lo que se conoce como la "hipótesis de la carretera de quelpo".

Protección costera

Grupos densos de quelpos y algas marinas salpican la playa de Whitehead en Irlanda del Norte, Reino Unido. El quelpo puede crear una barrera natural para la protección costera, mitigando la fuerza de los maremotos. Foto de K. Mitch Hodge/Unsplash.

El quelpo puede fungir como una forma natural de protección costera cuando se integra a la infraestructura costera. Al actuar como un sistema de defensa natural contra los maremotos, puede influir en la fuerza de las olas individuales. Según un estudio, los bosques de quelpo pueden reducir el tamaño de las olas hasta en un 60%, ya que crean una capa protectora dentro del agua, rompiendo la corriente.

Mitigación de la acidificación de los océanos

El quelpo puede actuar tanto como refugio local -en donde los organismos pueden protegerse de condiciones desfavorables-, como una solución para mitigar el efecto acidificante del dióxido de carbono en el océano. La acidificación de los océanos puede tener efectos nocivos en los organismos marinos como los mariscos y los corales al evitar que formen adecuadamente las conchas duras que necesitan para sobrevivir. Como el kelp realiza la fotosíntesis, puede ayudar a abordar este problema al absorber dióxido de carbono y aumentar los niveles de pH de las aguas circundantes.

Almacenamiento de carbono

Los ecosistemas de quelpo absorben carbono inorgánico (incluido el dióxido de carbono) y lo convierten en biomasa orgánica, lo que lo vuelve un componente clave dentro del ciclo del carbono. Esta biomasa se desprende y se transporta con las corrientes oceánicas y finalmente se come, descompone o remueve. En el Ártico canadiense oriental, se ha estimado que la reserva permanente total de carbono de los extensos bosques de quelpo es el equivalente a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de más de 5 millones de canadienses.

¿Cómo podemos conservar el quelpo?

La abundancia de quelpo ha sufrido pérdidas generalizadas en gran parte de su área de distribución, con una tasa global de disminución del 1.8% anual. Sus principales amenazas incluyen el calentamiento de los océanos, el pastoreo, el exceso de nutrientes debido a la escorrentía de la tierra, también conocida como eutrofización, la contaminación, la sedimentación, la sobreexplotación y la introducción de especies y enfermedades invasoras. Estos factores de estrés a menudo se agravan, dejando al quelpo vulnerable al cambio climático.

La mayoría de las predicciones sobre el futuro de los bosques de quelpo consideran que la temperatura cambiante del océano es el principal impulsor de la reducción en su cobertura. A pesar de las variaciones regionales en los impactos del cambio climático, es probable que las especies de quelpo se vean afectadas en todo el mundo. Por ejemplo, las temperaturas más cálidas pueden dañar al quelpo incluso a nivel celular, lo que reduce la resistencia de su tejido y, en última instancia, disminuye su capacidad para resistir las fuerzas de las olas.

Además, las especies más grandes, como la langosta, la nutria marina y el abulón, que dependen de los bosques de quelpo, sufren una disminución en el tamaño de su población debido a la sobrepesca y al cambio climático. Sin estos depredadores, las poblaciones de erizos de mar pueden aumentar su pastoreo de quelpo, degradando aún más la salud y la extensión de los bosques de quelpo.

Al conservar y restaurar los bosques de quelpo, será importante que continúe la participación de las comunidades, el apoyo financiero, los sistemas estandarizados de monitoreo y la presentación de informes, así como los esfuerzos de restauración que aseguren que las áreas no regresen a los estados anteriores.

La utilización de enfoques basados en ecosistemas es clave para conservar los bosques de algas marinas. Por ejemplo, los métodos y estrategias de restauración podrían incluir el control de las poblaciones de herbívoros como los erizos de mar, la resiembra de arrecifes, la plantación de quelpo y la mejora de la calidad del agua costera. Por lo general, los proyectos de restauración más exitosos suelen ser los que se llevan a cabo cerca de los bosques de quelpo existentes.

Un bosque de quelpo frente a la costa del norte de California. El quelpo absorbe grandes cantidades de carbono, lo que significa que juega un papel fundamental en la acción climática basada en los océanos. Foto de Mac Gaither/Unsplash.

Impulso internacional para la conservación del quelpo

Los esfuerzos de conservación y restauración del quelpo pueden ayudar a lograr varios objetivos climáticos más grandes de diferentes acuerdos internacionales y marcos de sostenibilidad. Por ejemplo, algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, incluidos el Fin de la pobreza (ODS 1), Hambre cero (ODS 2), Agua limpia (ODS 6), Trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), Consumo y producción responsables (ODS 12) y Acción climática (ODS 13), pueden abordarse mediante la cosecha y conservación sostenibles de quelpo.

De manera similar, el Panel de alto nivel para una economía oceánica sostenible menciona explícitamente al quelpo y las algas marinas dentro de las acciones prioritarias de su agenda de acción oceánica de transformaciones para esta década. Reconocer la relevancia de la conservación y restauración del quelpo para iniciativas de alto nivel como estas forma una parte fundamental para salvaguardarlas para las generaciones actuales y futuras.

La publicación del informe global sobre el quelpo del PNUMA llega en un momento crítico para salvaguardar los bosques de quelpo del mundo a través de una mayor conciencia pública y apoyo institucional para avanzar en los esfuerzos de conservación, gestión sostenible y restauración. Agregar los datos del informe a la plataforma interactiva Ocean Watch de WRI contribuirá a una comprensión más completa de las interacciones tierra-mar que ocurren a lo largo de las costas.

Ahora que hay evidencia de los beneficios que brindan un quelpo saludable, las amenazas que enfrenta y dónde está en mayor riesgo, es hora de actuar. Una mayor voluntad política y apoyo financiero pueden ayudar a mantener y mejorar la recuperación de estos tesoros marinos por el bien de las personas, la naturaleza y el clima.

Maria Potouroglou, una de las autoras de este artículo, se desempeñó como editora en jefe del informe En el mar azul: Lograr un futuro sostenible para los bosques de quelpo del PNUMA.