DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos, 13 de diciembre de 2023.- Las negociaciones sobre el clima de la ONU en Dubái concluyeron con el acuerdo de hacer que el mundo abandone los combustibles fósiles, poner en marcha el Fondo para Pérdidas y Daños y establecer un marco para la Meta Global para Adaptación (GGA).

A continuación se incluye una declaración de Ani Dasgupta, presidente y director ejecutivo del World Resources Institute:

“A los combustibles fósiles finalmente les llegó su hora en las negociaciones climáticas de la ONU después de tres décadas de esquivar los reflectores. Este resultado histórico marca el comienzo del fin de la era de los combustibles fósiles. A pesar de la inmensa presión de los intereses del petróleo y el gas, los países con grandes ambiciones se mantuvieron firmes con valentía y sellaron el destino de los combustibles fósiles. Ahora una prueba crítica es si se moviliza mucho más financiamiento para que los países en desarrollo ayuden a hacer posible la transición energética.

“El resultado reconoce acertadamente que los países seguirán caminos diferentes para alejarse de los combustibles fósiles, pero el mensaje contundente es que ninguna nación puede quedarse al margen de la transición energética. El abandono de los combustibles fósiles debe ser justo y rápido, y nadie puede quedarse atrás.

“En la COP28, los gobiernos dieron una respuesta sólida al balance mundial que puede guiar a la humanidad hacia un futuro más seguro para todas las personas. Para hacer realidad las decisiones de estas conversaciones sobre el clima, los países ahora deben incorporar objetivos sólidos en sus compromisos nacionales para alejarse de los combustibles fósiles, dar impulso a las energías renovables y mucho más.

“Si bien quienes estuvieron a cargo de las negociaciones enviaron una fuerte señal en Dubái, el resultado final contiene algunos puntos de apoyo importantes para la industria de los combustibles fósiles que deben ser eliminados en futuras negociaciones. En particular, el acuerdo no aborda las limitaciones de la tecnología de captura de carbono cuando la realidad es que sólo puede desempeñar un papel muy pequeño en nuestra lucha contra el cambio climático y no debe usarse como excusa para frenar la transición a las energías renovables.

“El resultado deja claro que abordar la crisis climática requiere acciones transformadoras en todos los ámbitos y no en un solo sector. Los llamamientos combinados para triplicar la energía renovable, duplicar la eficiencia energética, acelerar el transporte sostenible, transformar el sistema alimentario y proteger los bosques y la naturaleza acelerarán la transición hacia una nueva economía climática que sea buena para las personas, la naturaleza y el único planeta que tenemos.

“Poner en marcha el Fondo de Pérdidas y Daños y anunciar alrededor de 700 millones de dólares en promesas tempranas en los primeros días de la COP28 fue un claro paso adelante después de que la cuestión había languidecido en las negociaciones durante décadas. Por supuesto, estas promesas son sólo una gota en el océano en comparación con los 580 mil millones de dólares en daños relacionados con el clima que los países vulnerables pueden enfrentar en 2030. El éxito del fondo depende de aumentar drásticamente la financiación y desplegar rápidamente recursos para las personas necesitadas.

“Las personas encargadas de las negociaciones dieron vida a la Meta Global para Adaptación al introducir un marco sobre cómo los países pueden reforzar su resiliencia ante impactos climáticos cada vez más severos. Sin embargo, fue decepcionante que las metas no tuvieran números adjuntos y que el marco no integrara un llamado más fuerte a proporcionar apoyo financiero para garantizar que los países en desarrollo tuvieran los recursos para realmente cumplir con estos objetivos.

“Ahora la atención se centra en las tareas decisivas que dominarán la agenda climática durante los próximos dos años: prepararse para nuevos compromisos climáticos nacionales y llegar a un acuerdo sobre un nuevo objetivo global de financiación climática.

“El resultado final de la COP28 dejó claro que todos los compromisos climáticos nacionales futuros deberían hacer hincapié en medidas sectoriales ambiciosas, desde la transición a un transporte libre de fósiles hasta el aumento en el uso de las energías renovables. La Declaración sobre la Alimentación reforzó este resultado al comprometer a más de 150 países a establecer objetivos ambiciosos en materia de alimentación en sus planes climáticos nacionales, mientras que la Coalición para Asociaciones Multinivel de Alta Ambición también pidió a los países que incorporen acciones climáticas urbanas sólidas. Los nuevos planes climáticos nacionales deben incluir objetivos con profundos recortes de emisiones que se alineen con las conclusiones del IPCC de que debemos reducir las emisiones en un 60% para 2035 para mantener el objetivo de 1.5°C dentro de nuestro alcance.

“La transición hacia un futuro climáticamente inteligente será sólo producto de nuestra imaginación si no fluye la financiación adecuada a los países en desarrollo para hacerla realidad.

“Para mantener los objetivos climáticos globales al alcance, el mundo necesita alcanzar 4.3 billones de dólares en flujos financieros anuales relacionados con el clima para 2030. Los anuncios en la COP28 movieron las cosas en la dirección correcta con miles de millones de dólares comprometidos para reforzar la resiliencia y apoyar la acción climática en los países en desarrollo, pero todo eso no es suficiente. Durante el próximo año necesitamos aumentar los compromisos de financiación, redirigir el capital hacia la acción climática, identificar nuevas fuentes y continuar reformando el sistema financiero internacional.

“La cumbre climática COP29 que se celebrará en Azerbaiyán el próximo año debe pasar a los libros de historia como el momento cuando el mundo finalmente cambió la escala de la financiación climática de miles de millones a billones de dólares”.