• Invitan a representantes de empresas a sumarse a Alianza Mexicana por la Restauración de Ecosistemas (AMERE), la primera alianza a nivel nacional en ser reconocida por el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas
  • Los beneficios económicos de la restauración exceden en diez veces el costo de la inversión, y el precio de no actuar es tres veces mayor que el de la restauración, alerta Silvio Simonit, especialista en política ambiental y cambio climático de la FAO

CIUDAD DE MÉXICO, 29 de septiembre de 2023.- Con el fin de crear una comunidad de aprendizaje y colaboración con el sector empresarial para cumplir las metas de restauración ambiental de México en beneficio de las personas, la economía y la naturaleza, la Alianza Mexicana por la Restauración de Ecosistemas (AMERE) sostuvo el jueves 28 de septiembre una reunión con representantes del sector privado para presentar la iniciativa y los beneficios de sumarse a la misma.

“Queremos trabajar en alianza con otras iniciativas, la academia, gobiernos federales y estatales, otras organizaciones de la sociedad civil y sector privado […] para llevar a cabo acciones que vayan en sentido contrario a la degradación; orientándonos hacia acciones que nos acerquen a mantener, restaurar y salvaguardar los ecosistemas”, dijo Javier Warman, director de Recursos Naturales de WRI México durante el encuentro.

El sector privado es clave para hacerle frente al cambio climático y al deterioro ambiental, cerrar la brecha de financiamiento anual para conservación y restauración (estimada entre 300 mil millones y 400 mil millones de dólares anuales) no puede lograrse sólo con fondos filantrópicos.  

La restauración, además, puede ser una inversión redituable. Por cada dólar invertido en la restauración de los bosques degradados se genera un estimado de entre 7 y 30 dólares en beneficios económicos para las personas locales. En América Latina y el Caribe, por cada hectárea restaurada se agrega un valor de mil 140 dólares a quienes tengan la propiedad de la tierra.  Lo que resalta la importancia de que las empresas incluyan en sus cadenas de valor acciones de restauración y conservación, entre otras soluciones basadas en la naturaleza.  

La misión de la AMERE es, por un lado, la vinculación de actores y sectores (los distintos niveles de gobierno, instituciones, grupos locales en el territorio y el sector privado), y, por otro, la articulación y alineación de voluntades, políticas y recursos y el fortalecimiento de proyectos para el cumplimiento de las metas públicas y privadas en materia de restauración ambiental del país. Se trata de la primera alianza nacional en ser reconocida por el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas (2021-2030) a nivel global y es el socio de apoyo #100 de este movimiento.

Fue fundada por Reforestamos México, WRI México y WWF México, con apoyo honorario de FAO México y PNUMA México. En este evento, se sumó Conservación Internacional México.

 “La razón por la cual decidimos como Conservación Internacional sumarnos a esta Alianza, es el poder contribuir en los cómos. El poder entender entre todas y todos esos procesos para llegar a una restauración efectiva con la velocidad y la ambición que necesitamos”, dijo Leticia Gutiérrez, vicepresidenta y directora ejecutiva de Conservación Internacional México, al presentar la adhesión de la organización a la AMERE.

Con un directorio de más de 500 personas, tres capítulos nacionales de esfuerzos internacionales, diversos actores, organizaciones e instituciones, la AMERE cuenta con dos mecanismos de acción principales para su funcionamiento:

Alianzas estratégicas: Decenio de las Naciones Unidas (incluyendo a FAO México y PNUMA México como socios honorarios), Restor, Sistema Nacional de Información para la Restauración Ambiental, Global Mangrove Alliance, One Trillion Trees e Iniciativa 20x20.
Grupos de trabajo: Costero-Marino, Vinculación con Sector Privado, Incidencia Política, Ecosistemas Terrestres y Restauración Hídrica.

Este evento, organizado por el grupo de trabajo de vinculación con el sector privado de la AMERE, giró en torno a la creación de una comunidad de aprendizaje y colaboración con el sector empresarial para reconocer sus avances, entender sus motivaciones, identificar sus necesidades y compartir sus retos para incrementar la promoción de inversiones en el territorio que aseguren la participación de diferentes actores y sectores.

“Vemos a la AMERE como una mesa […] para todos, en la que buscamos armar el rompecabezas con todas las piezas (herramientas y conocimientos) que ya tenemos para que, a través de la colaboración con el sector privado y todos los actores clave, podamos escalar la agenda de restauración ambiental en nuestro país”, comentó Ernesto Herrera, director general de Reforestamos México.

El sector privado puede desempeñar un papel fundamental en impulsar las estrategias nacionales y subnacionales de restauración de ecosistemas. En este espacio, se conocieron las experiencias y lecciones aprendidas de Grupo Modelo en proyectos de restauración (Aguas Firmes y Charco Bendito) ejecutados en México en colaboración con diversos aliados, los cuales fueron presentados por Massiel Azcona, Gerente Regional de Sustentabilidad, quien compartió aprendizajes y lecciones aprendidas sobre la implementación de estas iniciativas.

Por su parte, 1t.org presentó los avances globales de la iniciativa One Trillion Trees del Foro Económico Mundial, así como su colaboración con la AMERE para invitar a empresas a realizar compromisos responsables hacia la restauración, conservación y cuidado de ecosistemas forestales.

“En México tenemos ya muchas áreas de colaboración en torno a la restauración, desde los propietarios locales hasta gobiernos y empresas, pero nos hace falta que sea a gran escala. Sin embargo, por estudios de caso sabemos que es posible hacerlo si cerramos filas, y en nuestro país tenemos extraordinarias condiciones para que eso suceda”, dijo Jorge Rickards, director general de WWF México.

Algunas oportunidades y formas en las que el sector privado puede contribuir incluyen: proporcionar el financiamiento para proyectos de restauración de ecosistemas mediante la inversión directa en estos, el establecimiento de fondos específicos y la generación de fideicomisos públicos y privados de la mano de los gobiernos; la promoción de políticas públicas y regulaciones favorables a la restauración de ecosistemas a nivel nacional y subnacional, que incluyan, incentivos fiscales; la creación de alianzas público-privadas para desarrollar estrategias y planes de acción conjuntos; la educación y sensibilización de la sociedad sobre la importancia de la restauración de ecosistemas, y la aportación de tecnologías innovadoras que mejoren la eficiencia de la restauración de ecosistemas, como el uso de drones para plantar árboles, sensores para monitorear la salud del suelo y las plantas, y soluciones digitales para el seguimiento y la evaluación.

En 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas, declaró 2021- 2030 la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas con el fin de incrementar la restauración de ecosistemas degradados y destruidos como una medida de hacerle frente al cambio climático, ya que la restauración de 350 millones de hectáreas de tierras degradadas de aquí a 2030 podría generar  9 billones de dólares en servicios ecosistémicos y eliminar de la atmósfera entre 13 y 26 giga toneladas adicionales de gases de efecto invernadero.  En México, el 45% del territorio presenta algún grado de degradación, y por ello la AMERE, como una de sus metas es impulsar una Estrategia Nacional de Restauración.  

Actualmente, la AMERE trabaja en conjunto con el Gobierno Federal para determinar cómo apoyar al país para que logre sus compromisos establecidos a nivel internacional, específicamente aquellos enmarcados en la Meta 3 del Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica respecto a restaurar 30% del territorio a 2030, conocida como la meta 30x30.